Después de muchos días, es hora de poner ya esta entrada.
No tenemos muchas opciones. Segun el duende, ahora estamos tambien encerrados en la isla a no ser que podamos deshacernos de la influencia de Filipa Villanova. Después de todo, quizás no era nada mala ni desacertada la intención de Sebastién para borrar este pedazo de tierra de los mapas.
Siguiendo las indicaciones de nuestro onírico guía, volvemos nuevamente a las grutas subterráneas donde nos aguarda el resto de la tripulación. De allí, tomamos una gruta alternativa tal y como nos habían indicado. A poca distancia acabamos en una cambra en donde se evidenciaba la huella de alguna antigua civilización. Entre las ruinas de alguna construcción, habitan estanterías con libros cubiertos por el polvo, una mesa que al igual que todo en esta isla, parece haber sido abandonada de un día para otro. y junto la mesa, dos estatuas de piedra escenificando un asesinado. Una mujer esta clavando un puñal a un hombre que yace herido de muerte, apoyando su cuerpo encima un libro. Un libro abierto en donde se puede leer el inicio del cuento de "Jack y la habichuelas mágicas".
Todo en la sala tiene un olor particular, no es desagradable, pero si extraño. Mas bien se trata de la sensación de estar en algún lugar importante, abandonado ya por mucho años. Tanto el capitan Wolf como El ciego buscan por la sala alguna cosa, yo me fijo en el libro. Por unos instantes se me pasa por la cabeza una idea absurda y antes de que pueda reconsiderarlo, rozo delicadamente la ilustración del libro de los cuentos.
Jack y las habichuelas mágicas
Al levantar la mirada puedo ver que salvo yo y el libro, todo ha cambiado. Ya no estoy en una oscura caverna natural. Estoy en lo que parece ser el piso de una casa de campo. Todo a mi alrededor parece teñido por el surrealismo, como si se tratase de un decorado. Con colores chillones y todo demasiado bien dispuesto para ser real. Doy una vuelta por la habitación un poco aturdida por la situación, sin darme cuenta de el ciego y el fuma-hierbas también están aquí.
Bajamos por unas escaleras hasta la planta baja, donde damos con una madre y su hijo. Ambos se sorprenden por nuestra presencia, pero no se asustan. En avalonés, preguntan alguna cosa, seguramente "quienes somos". Wolf se encarga de las presentaciones y por sis expresiones, no les cuesta darse por satisfechos y volver a actuar con suma confianza.
Tras una charla que me pasa completamente por alto, parece ser que realmente estamos dentro el cuento. El chico de la casa es Jack y parece ser que cuando se fue a la ciudad a cambiar la vaca por dinero, no se encontró con ningún extraño en el camino. Según el cuento, debería haberse cruzado con un caminante que le ofrecía las habichuelas mágicas, pero dicho encuentro no sucedió. El fuma-hierbas, que juraría que incluso se siente cómodo en este mundo de fantasía, decide que busquemos al misterioso hombre desaparecido para completar el cuento.
Repitiendo los pasos de Jack, vamos a la ciudad cercana. Allí intentamos localizar quien hizo el trueque de la vaca de Jack. Nuevamente el avalónes se interpone en mi camino y creo que no conseguiré hacerme entender con nadie de aquí. El capitán Dylan interroga al comerciante para llegar a la conclusión de que no es culpable de nada. Aunque también se informa de que no somos los únicos "extranjeros". Hay mas gente rara como nosotros, y podemos dar con ellos en los barrios bajos.
Incluso la suciedad de las peores calles de la ciudad, parece de mentira. Como si fuera simple cartón-piedra para decorar.
Cuando llegamos en una supuesta taberna donde están lo extranjeros, un par de gorilas de 2 metros se interponen a nuestro paso. Parece ser que se requiere de invitación. Dylan y el ciego intentan parlamentar sin exito con ellos y yo ... no quiero quedarme al margen - Συμπαθώ το ευθυγραμμισμένο τυρί -. No se muy bien lo que significa, pero furfullo unas palabras que me parece que tienen que ver con la condición sexual de la persona. Uno de los matones se me queda mirando con cara de no entender nada (debería averiguar como se pronuncia correctamente). Me decido por un nuevo insulto que si se pronunciar con mayor cladirdad ... - γιος του σερβιτόρου των εναλλαγών !! -. Por la respuesta iracunda del matón, supongo que su madre no debe trabajar en la prostitución, o de ser así, no le gusta que se lo recuerden.
El ciego reacciona con rapidez y viendo que la pelea es inminente, lanza uno de sus cuchillos a los matones. El que lo recibe, no se inmuta y se centra en mi persona. Sirviéndose de todo su peso, lanza un tremendo puñetazo que me golpea en el vientre. Mis pies se separan del suelo y me manda medio metro atrás. No hay duda de que he subestimado esos gorilas. Pero su cara al ver que aun me mantengo en pie sin problemas, denota que ellos también me han subestimado a mi. Puede ser una escaramuza divertida después de todo. Al que me ha dado, le devuelvo el golpe con un fuerte codazo en la cara al estilo vodacce. Escupe un par de dientes ensangrentados y de nuevo se encara a mi.
Dylan aparece de la nada con una bolsa de monedas - Un momento !, Quizás podemos arreglarlo por otras vías mas lucrativas ! -. Que ? Me va a estropear la pelea ? ¡¡ Y una mierda !! Antes de que los dos matones, que ya se estaban replanteando el soborno como una buen opción, me lanzo a la cabeza del gorila. Trepo por su espalda y me agarro a su pecho con las piernas para aporrearle a cabezados ...
...
- En cuanto se despierte, interrogadla y después acabar con ella. -. ¿ Que pasa ?. Me duelen las costillas como si me hubiese embestido un buey. Esta sensación ya la conozco, no es la primera vez que me dejan KO en una pelea. No recuerdo muy bien que paso pero creo que después de todo si subestimé esos matones.
...
Creo que me están desatando. ¿ Estaba atada a un palo ?, la verdad es que no lo se muy bien. Tras un leve cachete en la mejilla abro ligeramente los ojos y puedo ver al Ciego. Sin darme tiempo a decir nada, me levanta a mi pesar y me arrastra fuera de un cobertizo en llamas al que no tengo la mas remota idee de como he llegado hasta él.
...
Aun me muevo en el confuso mundo de la semi-inconsciencia. Las cosas ocurren a mi alrededor sin orden cronológico y no consigo comprender que pasa. Tumbada en la casa de Jack, creo entender que Dylan y el ciego ya tienen las habichuelas mágicas. Solo queda plantarlas y esperar a que crezcan. Mañana por la mañana, si todo va según lo previsto, treparemos por ella hasta las nubes, donde debería haber la casa de un gigante.
A la mañana siguiente ...
Por fin mi cabeza empieza a funcionar con mayor claridad. Aunque me siento tullida, puedo andar si no es con mucha prisa. A fuera, todo ha sucedido tal y como dictaba el cuento. Eso si no tenemos en cuenta los 3 forasteros y media docena mas de desconocidos que no se que carajo pintan aquí. Pero creo que tienen algún tipo de trato con Dylan Wolf.
Trepamos por las enredaderas de la colosal planta hasta llegar a las nubes. Sobre las que podemos andar como si se tratara de un gran colchón emplumado. Junto con toda la comitiva seguimos un camino en mitad del blanquecino paisaje que nos lleva directamente a una casa. Una enorme casa que, indudablemente, sus habitantes deben medir mas de cuatro o cinco metros. Es cuestión de interferir lo menos posible en el cuento. Por eso mismo solo Jack se acerca a la casa para cumplir su cometido mientras los demás esperamos al acecho desde una distancia prudente.
Pasan las horas y a lo lejos aparece una silueta. El gigante ya llega. Su estatura no nos decepciona, es tan alto como cabía esperar por el tamaño de su hogar. Pasa cerca de nosotros sin percatarse de nuestra presencia y finalmente se pierde tras el umbral de su casa.
Mas o menos una hora después, unos enfurecidos gritos rompen el silencio del cielo. Todos nos asomamos para ver que ocurre. Justo a tiempo de ver como Jack sale corriendo de la casa con la gallina de los huevos de oro, la arpa mágica y el saco de monedas. No muy lejos, tras sus pasos, el mismo gigante que había pasado un rato antes, se asoma lanzando improperios que no consigo reconocer. Jack no detiene para nada su carrera hacia el tallo de habichuelas, destino a su propia casa. Los demás aprovechamos la distancia que separa al gigante y al pequeño Jack, para interponernos en su camino.
El gigante esta furioso y no muestra compasión alguna. Usando sin contemplación toda su fuerza, destroza un par de los matones que nos acompañan y se muestra impasible ante nuestros ataques. De repente, Dylan da la señal que habíamos acordado. y los tres aprovechamos el caos de la escaramuza para arrancar a la carrera hacia fierra firme.
Descendemos a gran velocidad y en pocos minutos nos plantamos en el suelo. Debidamente, ya teníamos algunas hachas preparadas a mano y resulta fácil cortar la planta de raíz, que se desploma al suelo con una estridente caída. Tras levantar la vista al cielo, podemos comprobar que no hay rastro ni del gigante ni los extraños acompañantes que había contratado el fuma-hiebas.
El trabajo aun no esta por acabar. Una voz que me resulta familar, la escuche mientras permanecía semi-inconsciente, nos da la bienvenida con nuevos insultos y amenazas. Una bruja vodacce, seguramente Filipa Villanova, nos augura mal porvenir y bla bla bla. Por suerte el ciego también esta cansado de charlatanerias y su puñal se clava en el pecho de la mujer, hiriéndola gravemente. Filipa, derrotada, se desploma al suelo.
Jack y su madre están a salvo, el cuento supuestamente esta acabado ... pero algo falta, pues seguimos aquí. Ambos capitanes, debaten que debemos hacer para volver con el resto de la tripulación. La idea de que Filipa, aun viva, sea la causa de que sigamos aquí, no tarda en surgir. La solución es clara, pero ni el fuma-hierbas ni el ciego tienen las agallas para hacer nada. Barborrean entre si, buscando alternativas absurdas o ideas extravagantes. Me sacan de mis casillas cuando se ponen así. Con lo que no me queda mas solución que coger yo misma la pistola de Dylan y tras encañonar la sien de Filipa ... *booom* ... sus sesos se esparcen por el suelo de la cueva.
Las dos estatuas que había en la cueva ahora son de carne y huesos. Alan Grey yace muerto con un puñal clavado en su barriga. El cuerpo de Filipa esta al lado, con el rostro cubierto por su cabello ensangrentado. Devuelvo la pistola, aun humeante, al capitán.
De camino de vuelta al barco, me sorprendo a mi misma. Debo admitir que tengo un problema con mi temperamento, especialmente después de "esos días". Pero aun así, me contengo para procurar no hacer mucho daño. Nada que no pueda arreglarse con unos días de reposo. Sin embargo, esta vez, es la primera que mato a una persona a sangre fría. No solo eso. Si no que además, si ahora mismo pudiera volver atrás, haría exactamente lo mismo. Creo que tengo que tener una charla con el Padre Diego.
Cuando llegamos con el resto de la gente, nos saludan y se alegran de vernos. Especialmente al fuma-hierbas y al ciego, que vienen cargados con un pequeño baúl y un extraño objeto que no se muy bien de donde han sacado.