30 de septiembre de 2007

Sesión IV-A


Después de muchos días, es hora de poner ya esta entrada.

No tenemos muchas opciones. Segun el duende, ahora estamos tambien encerrados en la isla a no ser que podamos deshacernos de la influencia de Filipa Villanova. Después de todo, quizás no era nada mala ni desacertada la intención de Sebastién para borrar este pedazo de tierra de los mapas.
Siguiendo las indicaciones de nuestro onírico guía, volvemos nuevamente a las grutas subterráneas donde nos aguarda el resto de la tripulación. De allí, tomamos una gruta alternativa tal y como nos habían indicado. A poca distancia acabamos en una cambra en donde se evidenciaba la huella de alguna antigua civilización. Entre las ruinas de alguna construcción, habitan estanterías con libros cubiertos por el polvo, una mesa que al igual que todo en esta isla, parece haber sido abandonada de un día para otro. y junto la mesa, dos estatuas de piedra escenificando un asesinado. Una mujer esta clavando un puñal a un hombre que yace herido de muerte, apoyando su cuerpo encima un libro. Un libro abierto en donde se puede leer el inicio del cuento de "Jack y la habichuelas mágicas".
Todo en la sala tiene un olor particular, no es desagradable, pero si extraño. Mas bien se trata de la sensación de estar en algún lugar importante, abandonado ya por mucho años. Tanto el capitan Wolf como El ciego buscan por la sala alguna cosa, yo me fijo en el libro. Por unos instantes se me pasa por la cabeza una idea absurda y antes de que pueda reconsiderarlo, rozo delicadamente la ilustración del libro de los cuentos.

Jack y las habichuelas mágicas

Al levantar la mirada puedo ver que salvo yo y el libro, todo ha cambiado. Ya no estoy en una oscura caverna natural. Estoy en lo que parece ser el piso de una casa de campo. Todo a mi alrededor parece teñido por el surrealismo, como si se tratase de un decorado. Con colores chillones y todo demasiado bien dispuesto para ser real. Doy una vuelta por la habitación un poco aturdida por la situación, sin darme cuenta de el ciego y el fuma-hierbas también están aquí.

Bajamos por unas escaleras hasta la planta baja, donde damos con una madre y su hijo. Ambos se sorprenden por nuestra presencia, pero no se asustan. En avalonés, preguntan alguna cosa, seguramente "quienes somos". Wolf se encarga de las presentaciones y por sis expresiones, no les cuesta darse por satisfechos y volver a actuar con suma confianza.
Tras una charla que me pasa completamente por alto, parece ser que realmente estamos dentro el cuento. El chico de la casa es Jack y parece ser que cuando se fue a la ciudad a cambiar la vaca por dinero, no se encontró con ningún extraño en el camino. Según el cuento, debería haberse cruzado con un caminante que le ofrecía las habichuelas mágicas, pero dicho encuentro no sucedió. El fuma-hierbas, que juraría que incluso se siente cómodo en este mundo de fantasía, decide que busquemos al misterioso hombre desaparecido para completar el cuento.

Repitiendo los pasos de Jack, vamos a la ciudad cercana. Allí intentamos localizar quien hizo el trueque de la vaca de Jack. Nuevamente el avalónes se interpone en mi camino y creo que no conseguiré hacerme entender con nadie de aquí. El capitán Dylan interroga al comerciante para llegar a la conclusión de que no es culpable de nada. Aunque también se informa de que no somos los únicos "extranjeros". Hay mas gente rara como nosotros, y podemos dar con ellos en los barrios bajos.

Incluso la suciedad de las peores calles de la ciudad, parece de mentira. Como si fuera simple cartón-piedra para decorar.
Cuando llegamos en una supuesta taberna donde están lo extranjeros, un par de gorilas de 2 metros se interponen a nuestro paso. Parece ser que se requiere de invitación. Dylan y el ciego intentan parlamentar sin exito con ellos y yo ... no quiero quedarme al margen - Συμπαθώ το ευθυγραμμισμένο τυρί -. No se muy bien lo que significa, pero furfullo unas palabras que me parece que tienen que ver con la condición sexual de la persona. Uno de los matones se me queda mirando con cara de no entender nada (debería averiguar como se pronuncia correctamente). Me decido por un nuevo insulto que si se pronunciar con mayor cladirdad ... - γιος του σερβιτόρου των εναλλαγών !! -. Por la respuesta iracunda del matón, supongo que su madre no debe trabajar en la prostitución, o de ser así, no le gusta que se lo recuerden.
El ciego reacciona con rapidez y viendo que la pelea es inminente, lanza uno de sus cuchillos a los matones. El que lo recibe, no se inmuta y se centra en mi persona. Sirviéndose de todo su peso, lanza un tremendo puñetazo que me golpea en el vientre. Mis pies se separan del suelo y me manda medio metro atrás. No hay duda de que he subestimado esos gorilas. Pero su cara al ver que aun me mantengo en pie sin problemas, denota que ellos también me han subestimado a mi. Puede ser una escaramuza divertida después de todo. Al que me ha dado, le devuelvo el golpe con un fuerte codazo en la cara al estilo vodacce. Escupe un par de dientes ensangrentados y de nuevo se encara a mi.

Dylan aparece de la nada con una bolsa de monedas - Un momento !, Quizás podemos arreglarlo por otras vías mas lucrativas ! -. Que ? Me va a estropear la pelea ? ¡¡ Y una mierda !! Antes de que los dos matones, que ya se estaban replanteando el soborno como una buen opción, me lanzo a la cabeza del gorila. Trepo por su espalda y me agarro a su pecho con las piernas para aporrearle a cabezados ...


...

- En cuanto se despierte, interrogadla y después acabar con ella. -. ¿ Que pasa ?. Me duelen las costillas como si me hubiese embestido un buey. Esta sensación ya la conozco, no es la primera vez que me dejan KO en una pelea. No recuerdo muy bien que paso pero creo que después de todo si subestimé esos matones.

...

Creo que me están desatando. ¿ Estaba atada a un palo ?, la verdad es que no lo se muy bien. Tras un leve cachete en la mejilla abro ligeramente los ojos y puedo ver al Ciego. Sin darme tiempo a decir nada, me levanta a mi pesar y me arrastra fuera de un cobertizo en llamas al que no tengo la mas remota idee de como he llegado hasta él.

...

Aun me muevo en el confuso mundo de la semi-inconsciencia. Las cosas ocurren a mi alrededor sin orden cronológico y no consigo comprender que pasa. Tumbada en la casa de Jack, creo entender que Dylan y el ciego ya tienen las habichuelas mágicas. Solo queda plantarlas y esperar a que crezcan. Mañana por la mañana, si todo va según lo previsto, treparemos por ella hasta las nubes, donde debería haber la casa de un gigante.

A la mañana siguiente ...

Por fin mi cabeza empieza a funcionar con mayor claridad. Aunque me siento tullida, puedo andar si no es con mucha prisa. A fuera, todo ha sucedido tal y como dictaba el cuento. Eso si no tenemos en cuenta los 3 forasteros y media docena mas de desconocidos que no se que carajo pintan aquí. Pero creo que tienen algún tipo de trato con Dylan Wolf.

Trepamos por las enredaderas de la colosal planta hasta llegar a las nubes. Sobre las que podemos andar como si se tratara de un gran colchón emplumado. Junto con toda la comitiva seguimos un camino en mitad del blanquecino paisaje que nos lleva directamente a una casa. Una enorme casa que, indudablemente, sus habitantes deben medir mas de cuatro o cinco metros. Es cuestión de interferir lo menos posible en el cuento. Por eso mismo solo Jack se acerca a la casa para cumplir su cometido mientras los demás esperamos al acecho desde una distancia prudente.

Pasan las horas y a lo lejos aparece una silueta. El gigante ya llega. Su estatura no nos decepciona, es tan alto como cabía esperar por el tamaño de su hogar. Pasa cerca de nosotros sin percatarse de nuestra presencia y finalmente se pierde tras el umbral de su casa.

Mas o menos una hora después, unos enfurecidos gritos rompen el silencio del cielo. Todos nos asomamos para ver que ocurre. Justo a tiempo de ver como Jack sale corriendo de la casa con la gallina de los huevos de oro, la arpa mágica y el saco de monedas. No muy lejos, tras sus pasos, el mismo gigante que había pasado un rato antes, se asoma lanzando improperios que no consigo reconocer. Jack no detiene para nada su carrera hacia el tallo de habichuelas, destino a su propia casa. Los demás aprovechamos la distancia que separa al gigante y al pequeño Jack, para interponernos en su camino.
El gigante esta furioso y no muestra compasión alguna. Usando sin contemplación toda su fuerza, destroza un par de los matones que nos acompañan y se muestra impasible ante nuestros ataques. De repente, Dylan da la señal que habíamos acordado. y los tres aprovechamos el caos de la escaramuza para arrancar a la carrera hacia fierra firme.
Descendemos a gran velocidad y en pocos minutos nos plantamos en el suelo. Debidamente, ya teníamos algunas hachas preparadas a mano y resulta fácil cortar la planta de raíz, que se desploma al suelo con una estridente caída. Tras levantar la vista al cielo, podemos comprobar que no hay rastro ni del gigante ni los extraños acompañantes que había contratado el fuma-hiebas.

El trabajo aun no esta por acabar. Una voz que me resulta familar, la escuche mientras permanecía semi-inconsciente, nos da la bienvenida con nuevos insultos y amenazas. Una bruja vodacce, seguramente Filipa Villanova, nos augura mal porvenir y bla bla bla. Por suerte el ciego también esta cansado de charlatanerias y su puñal se clava en el pecho de la mujer, hiriéndola gravemente. Filipa, derrotada, se desploma al suelo.

Jack y su madre están a salvo, el cuento supuestamente esta acabado ... pero algo falta, pues seguimos aquí. Ambos capitanes, debaten que debemos hacer para volver con el resto de la tripulación. La idea de que Filipa, aun viva, sea la causa de que sigamos aquí, no tarda en surgir. La solución es clara, pero ni el fuma-hierbas ni el ciego tienen las agallas para hacer nada. Barborrean entre si, buscando alternativas absurdas o ideas extravagantes. Me sacan de mis casillas cuando se ponen así. Con lo que no me queda mas solución que coger yo misma la pistola de Dylan y tras encañonar la sien de Filipa ... *booom* ... sus sesos se esparcen por el suelo de la cueva.

Las dos estatuas que había en la cueva ahora son de carne y huesos. Alan Grey yace muerto con un puñal clavado en su barriga. El cuerpo de Filipa esta al lado, con el rostro cubierto por su cabello ensangrentado. Devuelvo la pistola, aun humeante, al capitán.

De camino de vuelta al barco, me sorprendo a mi misma. Debo admitir que tengo un problema con mi temperamento, especialmente después de "esos días". Pero aun así, me contengo para procurar no hacer mucho daño. Nada que no pueda arreglarse con unos días de reposo. Sin embargo, esta vez, es la primera que mato a una persona a sangre fría. No solo eso. Si no que además, si ahora mismo pudiera volver atrás, haría exactamente lo mismo. Creo que tengo que tener una charla con el Padre Diego.

Cuando llegamos con el resto de la gente, nos saludan y se alegran de vernos. Especialmente al fuma-hierbas y al ciego, que vienen cargados con un pequeño baúl y un extraño objeto que no se muy bien de donde han sacado.


8 de septiembre de 2007

Sesión III (conclusión)


Se que aun falta completar la entrada del blog, pero ya puestos aprovecho para reclamar algunos datos que podría dar el master en cuanto pueda.
Por un lado, no hay fechas. Tampoco es que necesite saber exactamente día, hora y minuto en la que pasa cada cosa. Pero si saber si un viaje dura 3 horas o 4 semanas.
Le pedí también al master si podía poner nombres a los marineros (solo falta bautizar unos 5 o 6). Especialmente para poder nombrarlos en los blogs y no tratarlos como "anónimos pnjs". Que solo somos 10 en el barco, conviviendo mas de 1 año, y ni nos conocemos.
Por acabar esta un supuesto correo electrónico que recuerdo que dijo que me mandaría. Solo se que es algo de "Tengo que mandarte algo del 'Mortero' que seguramente cambiará un poco tu opinión al respecto". Pues por ahora ... supongo que no debe de ser nada importante.

¿ Respecto la sesión ? Pues esta tercera me pareció algo mas floja que las demás. Le faltó un poco de gancho (y no me refiero a combates). También hubo poca interacción social y ... vamos, como que me pareció que en todo momento la sesión entera fuese un "impás" entre escenas interesantes de una película. Como esas escenas ligeramente insulsas que a veces ponen en las películas. Que parece que solo son para cerrar algunos apuntes del argumento o para rellenar minutos de metraje.
Pero en general no hubo mucha chica. También esta el tema ese de los cuentos y la magia avalonesa, que francamente, me parece demasiado infantil. Lo de las hadas, duendes, la caperucita roja y Jack y las judías mágicas me resultó algo chocante y absurdo. Supongo que tengo que hacerme con la idea

El dibujo de esta entrada, lo saqué mas o menos de una referencia de internét. Se me dio por dibujar y salió eso. Una vez acabado me dije "Pues no esta tan mal". Así que lo cuelgo. No tiene relación alguna con ninguna escena ocurrida con el personaje (al menos ha ocurrido hasta el momento). Es simplemente un "pinup" para decorar.


Sesión III-B


A nado, vamos empujando la cargada barca hacia la isla. Desde encima, el arrecife de corales se ve claro y tan cercano que seguro que si lo intentase, podría ponerme de pie sin quedar completamente hundida. Dando un últimovistazo hacia atrás, veo el barco hundiéndose y lamentándose con sus crujidos agonizantes mientras la mar lo engulle.

Nos dirigimos hacia una gruta que oteamos desde lejos. Donde esperábamos meternos con el barco antes del accidente. La gruta, es como una especie de profundo canal con acantilados de roca a banda y banda. En mitad de este, una imponente puerta de metal barra el paso e impide cualquier entrada por la fuerza. Junto con Mortero, trepamos por el acantilado hasta acceder a una de las torres laterales, desde allí, no resulta complicado abrir las puertas lo suficiente para que nuestra improvisada embarcación pueda pasar.

Una vez dentro, me introduzco a nado y con sigilo para anticiparme a cualquier peligro que pudiera haber. Pero solo hallo una gran cueva natural en donde reina el silencio y el abandono junto con un pequeño muelle y un barco que están viendo pasar los años. Cuando todo parece seguro, los demás se adentran en la cueva y teniendo en cuenta nuestra situación y que este barco parece abandonado, los capitanes ordenan a algunos marineros empezar a comprobar el estado del navío y a prepararlo por ser usado. Por otra parte, en Capitán fuma hierbas, el ciego, Mortero y yo; nos introducimos con la tenue iluminación de una luz de aceite, por las grutas de la cueva en busca de su salida. En su lugar, damos con un montacargas que nos eleva hasta la superficie, en una especie de almacén donde sigue campando a sus anchas el abandono precipitado del lugar. Herramientas cubiertas de polvo encima las mesas, cajas a medio mover y todo listo como si en cualquier momento tubieran que volver los jornaleros para seguir con su trabajo.

Desde fuera el almacén, la aldea sigue la misma tónica. Todo ? No, una casa en la distancia da señales de vida en forma de humo emergente de su chimenea. Dejando a Mortero atrás para cuidar del almacén si hay problemas, nos acercamos al acecho. No estamos a tiempo de mirar por la ventana que un niño se da cuenta de nosotros y arranca a correr por las calles y perdiéndose rápidamente en el bosque. Lo que ese chaval no sabe, es que mis piernas son algo mas que unas simples piernas largas. No resulta complicado darle caza cuando se esconde tras un árbol. Lo rodeo y me plano delante de él, justo cuando un destello luminoso me ciega. Recupero rápidamente la vista para ver alguna cosa revoloteando delante de mi y sin dudarlo lo agarro de un precipitado manotazo. Es una hada, mas bien, su homónimo masculino.

El capitán Wolf es la única persona que no se extraña lo mas mínimo por mi hallazgo cuando lo muestro a los demás, supongo que tendrá algo que ver con su delirante cultura fantasiosa cultura. Atendiendo a su petición, lo suelto para poder "charlar mas cómodamente". La extraña criatura nos cuenta que ella no es de este mundo, que proviene de lo que nosotros llamamos "cuentos". Parece que todo tiene que ver con los antiguos sucesos en esta isla. Los mismos hechos que perturbaron tanto a Sebastién Montfort.
En esta isla, Sebastién Montfort y su socio Alan Grey, no tardaron en averigurar que había algo mas que plomo par explotar. Consiguieron descubrir reliquias de antiguas civilizaciones olvidadas. Ello atrajo la atención de una vodacce, Filipa Villanova. No comprendo muy bien como fueron las cosas, pues siempre que se mezcla la brujería de por medio, los hecho toman unos rumbos que escapan a mi entender. Solo me queda claro que tras una disputa por avaricia entre Filipa y Alan. El mundo de los cuentos y el real quedaron extrañamente unidos. Ahora, Filipa permanece atrapada en el mundo de los cuentos y esta distorsionando y destrozándolos desde dentro, en un vano intento de escapar de su prisión de fabula. El duende, se quedo encerrado aquí, en nuestro mundo.


2 de septiembre de 2007

Sesión III-A


Tarde del Día 8 de Julius del 1.669

El barco no es muy grande que digamos, pero parece manejable y apropiado a nuestro reducido grupo. Que contando a Juan, del Castillo, alcanzamos la cifra de 10 personas. No es que Juan tuviese mucho empeño en venir, pero viendo como ha quedado su hogar y que seguramente la guardia montaignensa no se dará por vencida ... Se queda con poca posibilidad para la elección.
Ponemos rumbo hacia el último hogar conocido de Sebastién Montfort, el único superviviente conocido de la Isla del Diamante de Sangre. Dejando atrás la Isla de la Montaña Vacía, el nuevo capitán Juan le dedica un pesaroso vistazo mientras su rostro parece que se pregunta a si mismo, si no esta ya muy viejo para eso.

Día 11 de Julius del 1.669

Hemos estado charlando esta mañana entre los marineros. Efectivamente, hace ya más de un año que unimos nuestras vidas al Ciego y el capitán Wolf. Sin embargo, aun no hemos visto ni un gremial. Y eso que en nuestra huida de la prisión, nos llevamos de recuerdo un pequeño cofre lleno de monedas.

Un par de horas después ...

500 gremiales mas ricos, toda la tripulación recupera de nuevo su júbilo. Especialmente porque estamos a escasos días de tomar tierra y entre los marineros ya fantaseamos en que vamos a gastarnos nuestra pequeña fortuna.

Día 14 de Julius del 1.669

Vino montagneinse ... estos afeminados saben hacer un buen vino, debo admitirlo. - Hey camarera ! Mueve tu trasero hasta aqui, y que sea con otra jarra de vino !! - Ligeramente ebrios por el alcohol y las monedas rebosantes de nuestros bolsillos, nos echamos unas copiosas risas. Bromeamos de los que solo poner los pies en seco, les han faltado piernas para ir a la casa de "señoritas".
Entre tragos, chistes malos y anécdotas que cambian cada vez que las cuentan, veo un apuesto muchacho un par de mesas mas allá. Nuestras miradas se cruzan fugazmente una y otra vez. Sin embargo, y se que me voy a arrepentir en las frías noches a altar mar, pero ahora mismo no me siento jugetona y solo me apetece saber como acaba la el chiste de las monjas que recogían setas en el bosque.

La llegada de El ciego y Dylan Wolf es recibida con vitoreos y levantando nuestras copas a modo de saludo. Supongo que no me habría alegrado tanto de haberlos visto de saber que querían que les acompañara a ver la familia de Sebastién Montfort.
Con al espíritu un poco exaltado por el alcohol, me despido de mis compañeros como si se me llevaran presa y posiblemente no volviera a verlos jamás. Abrazos, besos y un lloro que finjo lo mejor que me permite la incontrolable risa. Me despido de todos los de la taberna lanzando besos al aire, y en particular alguno hacia ese chico, que molesto por no conseguir su propósito, gira la mirada hacia otra parte despectivamente - ¿ Pero ? ... ¿ Sera estúpido ? ¡¡ QUE TE FOLLE UN PEZ !! ¡¡¡ IMBÉCIL !!! - le grito ya desde la calle.

De camino hacia las afueras, me doy cuenta que quizás he bebido mas de la cuenta. Aun me faltan un buen montón de copas para decir que voy borracha, pero si que me siento eufórica, radiante y con un ligero problema para controlar mi volumen de voz. Cuando me dicen que tenemos que ir a hablar con la familia Montfort, respecto al fallecido Sebastién, intento centrarme, con mas ganas de éxito.

El caserío de los Montfort deja claro que son una familia bien-estante. Sin dejar de ser una casa plebeya, su tamaño, los jardines que la rodean e incluso el porte del servicio que nos atiende, no deja margen a la duda. Los negocios les van bien.
Dylan se empeña en utilizar sutilezas y engaños, inventándose no sé que historia para conseguir reunir un poco de información. La verdad es que yo habría preguntado directamente. No estamos haciendo nada malo.
La hermana de Sebastién, nos invita a entrar en el caserío y nos ofrece algunas copas de buen vino. Por mi parte sonrío sin probarlo, para evitar pasarme mas de la cuenta. Hablan largo y tendido, la típica charla rememorando los que ya no están. Acordándose de lo buenos que eran y todas esas cosas. Pero en cuando la mujer habla de "el árbol de su vida" de repente los ojos del ex-capitán se abren en una inequívoca muestra de reconocimiento. - ¿ El árbol de su vida ?, ¿ Eso no es lo que pone en su epitafio ? - pregunta. Su hermana tampoco oculta su sorpresa y confirma la buena memoria de Dylan Wolf. Bajo ese viejo árbol centenario, es donde Sebastién jugaba a menudo, cuando era un chico despreocupado.
Después de esto, nos despedimos con cortesía y a juzgar por las miradas que me lanzan, supongo que acabo de levantar la voz un poco mas de la cuenta. Maldita sea, por un par de palabras que digo, y meto la pata.

De camino de vuelta a la taberna me siento triste. Frustrada conmigo misma. Me veo estúpida y patosa. Supongo que es lo que se dice "una mala ronda". El vino, a la larga, siempre me aflige.

En la taberna, los chicos ya están mas ebrios que cualquier otra cosa. Por suerte quien nos interesa ahora mismo, resiste el vino como si fuera agua bautizada. Mortero se muestra curioso cuando le reclamamos, pero no tarda ni un segundo en soltar su jarra y levantarse, incluso antes de saber que se le pide. Esta claro que ha servido de alguna forma u otra en el ejercito. En realidad, solo nos necesitan a ambos para cavar un hoyo. Genial ...

Esa misma noche ...

El día había estado precioso, observabas el horizonte y era como mirar un cuadro bellamente pintado. Todo estaba en su lugar para construir en conjunto una especie de poesía visual. Pero la noche ... como si quisiera intimidarnos, nos acecha impasible, con la luna llena en lo alto del firmamento. El viendo frío soplando y silbando caprichosamente a nuestro alrededor, mece las hojas de los arboles. Creando una incomoda coreografía de sombras danzantes y sonidos extraños.
El árbol resulta inconfundible, tal y como nos dijo la hermana de Sebastién, al final del camino, junto al arroyo, un gran roble centenario.

Montaña se queda mirando a Dylan y El ciego, quienes parece que vacilan unos instantes mirando a su alrededor hasta que la tronadora voz de montaña rompe con el silencio - ¿ Es aquí donde Mortero debe cavar ?. Joder que vozarrón

Ambos empezamos a picar la tierra, mientras Dylan y el ciego se quedan por los alrededores, vigilando. Si no fuera por esta actitud tan precavida, pensaría que no estamos haciendo nada malo. Pero parece como si los ex-capitanes no pensaran lo mismo.


*KLONK* ... Montaña ha dado con algo. Mientras lo acaba de desenterrar con las manos, los otros dos acuden con mi silbido. Justo a su llegada, mortero deja en el suelo una pequeña caja cubierta aun de arena. Apoyo la pala en el cerrojo y con un golpe seco, cae a pedazos. - No !, Aqui no !!. La exclamación de Dylan casi me coge por sorpresa. ¿ Que pasa ? Ni que tuviera que haber dentro el espíritu del mismisimo LeChuck (un perro ladra a lo lejos). Pero bueno, se le ve tan serio que supongo que el fuma hierbas sabrá de que va. Con una exagerada delicadeza, recojo la cajita y se la entrego.

Por el camino de vuelta todos permanecemos callados. Nos subimos al barco de Don Juan y salvo montaña, vamos a su camarote. Allí el fuma hierbas insiste en que venga el capitán y el Padre Diego. Todo ello para ... para nada. Dentro la caja hay algunas cartas manuscritas que no se leer y ... polvo y ... arena con un guijarro y ... nada mas. Bah, me voy a dormir. Creo que para los próximos meses, le pediré al Padre Diego que me enseñe a leer y escribir el montaignense.

Día 21 de Julius de 1.669

Iniciamos el viaje esa misma noche en la que hallamos la cajita. No se que la pasa al fuma hierbas, pero creo que esta mas paranoico de lo habitual. A ninguno de la tripulación nos hizo mucha gracia eso de partir a media noche ... que le vamos a hacer, quien da la pasta, da las ordenes.
Los días de travesía van resultando entretenidos. El padre Diego me está enseñando el montaignense escrito, y a decir verdad, es bastante fácil. Siempre se me ha dado bien eso de los idiomas.

Día ? de ?¿?¿? de 1.669

Ahí esta. Para ser francos la visión de la Isla del Diamante de Sangre, me decepciona un poco. Supongo que tantas historias y misterios, habían dado rienda suelta a mi imaginación. Pero ese islote no tiene nada extaordinario. No al menos desde la lejanía. Ponemos rumbo directo hacia una pequeña cala en la que podremos fondear.

¡¡¡ CORAAAAAAAAAAL !!! - La alerta del vigía es clara y la respuesta del Padre Juan, que se halla en estos momento en el timón, es rápida y decidida, sin embargo ... el impacto contra la barrera de coral es aterrador. El casco cruje y se rompe, lanzándonos a todos por los suelos junto con todo lo que no estuviera debidamente atado. Tras el impacto el barco se balancea nuevamente hacia atrás y si es que alguno quedaba en pie, acaba rodando por la cubierta como todos los demás. Una gran vía de agua se ha abierto en el casco del barco y no tardamos en darnos cuenta que se hundirá en cuestión de minutos. El tiempo suficiente para lanzar el bote y junto con la mayor cantidad de provisiones que podemos salvar, nos lanzamos a l'agua.

No todos podemos subirnos a la barca, a no ser que queramos voltearla o hundirla por sobrepeso.