18 de octubre de 2007

Geist von Reiner

Supongo que mejor no me encapricho micho con ese barco, pues me veo a venir que pronto sera el hogar de un montón de peces. A pesar de todo, no tengo mucho mas que hacer y debido al implante en una muela que intentaron ponerme hace unos días, tampoco tengo ganas de hacer muchas cosas.
Aun así, me he entretenido contando las posibles estadísticas del navío. Partiendo de la base de 20 puntos, unos 12.000 gremiales.

--- Clase (CORSAIR)---

    - Casco HP: 40
    - Veles HP: 25
    - Velocidad: 4
    - Maniobra: 4
    - Tamaño: 1
    - Carga : 9.000 Kg.
        · Comida : 1.000 Kg.
        · Botes : 2x 1.000 Kg.
        · Pólvora : 2.000 Kg. (240 disparos)
    - Cañones
        · Babor : 8
        · Estribor : 8
    - Cañones de cubierta
        · Babor : 1
        · Estribor : 1
    - Tripulación : 78 personas
        · Minimo: 6 personas
        · Maxima: 90 personas
    - Velocidad de crucero: 110 millas/día
    - Modificaciones :
        · Mejorar resistencia del casco x3
        · Mejora resistencia de las velas x2
        · Marineros bien entrenados
        · Marineros diestros en combate
        · Capacidad carga inferior
        · Capacidad pasaje inferior
    - Coste mantenimiento: 412 gr./mes
    - Sueldos tripulación: 1.069 gr./mes
        · 58x Marinero(3*): 58x13 gr./mes
        · 10x Artillero Naval(3*): 10x13 gr./mes
        · 3x Maestro Artillero Naval(3): 3x15 gr./mes
        · 1x Maestro Carpintero(3): 15 gr./mes
        · 1x Maestro Cartógrafo(3): 15 gr./mes
        · 1x Maestro Cirujano(4): 20 gr./mes
        · 1x Maestro Timonél(3): 15 gr./mes
        · 3x Oficial(3*): 3x25 gr./mes

- Coste total: 12.000 + 168 gr.

No tengo ni idea de como funcionará esto. Tenia unos 5.000 gremiales ahorrados y creo que a este paso, se me amotina la tripulación en menos de 3 meses. Habrá que pagar la novatada. De momento he contabilizado los sueltos, pero habrá que ver si se paga repartiendo botín o como va la cosa. Porque realmente la saca se queda vacía en un abrir y cerrar de ojos.
Además hay que añadirle unos 1.000 gremiales de costes para contratar la tripulación
Se supone que el numero entre paréntesis es su rango de habilidad (* combatientes). Y ya he contado a la alza la mayoría de sueldos. Que no se quejen.

17 de octubre de 2007

Sesión VII (conclusión)

Esta sesión fue bastante densa, especialmente si la comparamos con su anterior. Apareció una escena que seguramente para los demás personajes no tubo las menor repercusión. Pero si marca un importante antes y después para Nicolette. Me refiero al encuentro con el Barón Reiner Hainzl von Heilgrün. Precisamente por ello, he dedicado buena parte de la entrada a ese momento. He intentado que se hiciera patente la avalancha de pensamientos y emociones que invaden al personaje en ese instante.
Ya empezaba a pensar que los puntos invertidos en ese transfondo, se habían perdido en la nada.

También es posible que eso marque un ligero cambio de carácter del personaje (ya se verá porque estas cosas siempre acaban saliendo un poco como les da la gana). Hay que tener en cuenta que, en pocas semanas, Nicolette ha descubierto importantes detalles de su pasado. Cosas que podrían incumbir a todo Thea. Para mas, ahora esta al mando del "Geist von Reiner". Son unas importantes responsabilidades que quizá puedan hacer madurar un poco mas el personaje. De momento, una de sus prioridades es convertirse en una buena capitana. Lograr ganarse el respeto de su tripulación y especialmente de los ex-oficiales de Reiner. Después ya veremos que hace con Joe Shark. De momento tiene otro motivo mas, a parte de la venganza, por darle caza. El posible secuestro de Eisenfürst Stefan von Heilgründ.

Para ello, si el Director de juego reparte los puntos de experiencia que tenemos atrasados, dedicaré unos cuantos puntos para mejorar su Ingenio (por fin). También es muy posible que sus habilidades como capitana se vean modificados generosamente.
Los puntos que hace tiempo que quiero invertir en mejorar sus habilidades marciales ... tendrán que seguir esperando.

16 de octubre de 2007

Sesión VII-C


(... continuación de la entrada anterior ...)
Segunda semana de Octavus de 1.669 ...

La noticia sentó como un jarro de agua fria al resto de oficiales del Barón Reiner Hainzl von Heilgründ. Todos ellos, sin excepción; Johannes Kyfer, Konrad Steffan y Georg Spreng se mostraron más que dispuestos para orientarme y ayudarme a ofrecer un merecido entierro para Reiner Hainzl. No reparamos en gastos ni dedicación y algo se removió dentro de mi cuando el profundo pesar de sus oficiales les hizo imposible contener sus emociones. ¿ Seré capaz de estar a su altura ? ¿ Como puede un capitán conseguir ese nivel de entrega ? ... Todas esas preguntas me asaltan cada instante desde que se me otorgó definitivamente el mando del navío eiseno. Que con la aprobación de mis nuevos oficiales, hemos bautizado como "Geist von Reiner". En el mas sincero honor a su anterior capitán.


La última confesión de Francisco Caravello aun me inquieta de sobremanera. No se quienes son esos que se dan a conocer como "Los Figli de Cenere". Pero cuando oí al malnacido Francisco escupir mi nombre, me dí cuenta que todo eso quedaba mas allá de un simple acto de traición y motín. Esos hijos de las cenizas me quieren a mi, y a mi pendiente. Un escalofrío recorre mi espinazo. No es miedo. Quizás si un cierto respeto, pero también siento una extraña satisfacción. Excitada al saber que, sin haberlo buscado, me encuentro intentando completar la misma cruzada de mis padres.

Esta mañana, ha llegado un nievo navío al puerto de Sievna. Dicho así no tiene nada de particular. Los que no ha ha llamado a todos la atención, es la opulencia que desprende ese nuevo ocupante del puerto. Es un barco de procedencia indudablemente Vandelina y no se corta un pelo en demostrar su lujo y prepotencia, casi insultante haca los demás. Eso "si" es inusual en estas aguas. El Ciego es nuevamente quien se encarga de recaudar información. Sus magulladuras aun persisten, como las del capitán Dylan Wolf, aunque hace días que ya se mueven y trabajan con toda normalidad. Los propietarios de ese escaparate flotante son los hermanos Ivanovich, que ahora mismo se hallan en la taberna. ¿ Ivanovich ? ¿ De que me suena ese nombre ? ... La verdad es que no lo sé, todos los nombres Ussuro suenan igual.

Cuando entramos ne la taberna, ese peculiar hedor, en cierto modo hogareño, invade nuestras fosas nasales hasta dejarlas inservibles. A nuestro alrededor, un montón de caras que ya empiezan a ser conocidas. Pero cuando ni siquiera nos hemos sentado, una voz se levanta por encima del ruido ambiental y nos llama la atención. Nos damos la vuelta como todo los que están suficientemente sobrios. ¡ Los hermanos Ivanovich ! ¡ Claro ! ¡ Si son los mercenarios que Val Mokk mando para intentar robarnos los diamantes !.
- ¿ Has aprendido ya a nadar ? - Le pregunto al hermano que disfrutó del agradable chapuzón conmigo.
- No tendrás tanta suerte esta vez, maldita furcia - Responde el de su derecha. ?¿?¿? ... mierda, estos Ussuros no solo se semejan en nombre. Sus caras también parecen sacadas del mismo molde.

Las miradas desafiantes saltan de un costado para otro y la gente se aparta a sabiendas de que será lo próximo. Curiosamente, las camareras ni el supuesto propietario del local parecen tener la menos intención de detenernos. Adoro este lugar.

Los tres hermanos saltan al ataque a la vez. Como en la primera ocasión, luchan hábilmente, como si fueran una sola persona. Todos a por el mismo blanco. En esta ocasión, soy yo. Uno de ellos asesta una estacada al aire, que evito sin problemas. Pero el segundo se esperaba mis movimientos y clava al punta de su arma en mis costillas. El tercero sale disparado por los aires para caer detrás de mi. Es justo a ese, que aun no tiene la guardia debidamente preparada, contra quien arremeto. Son habilidosos, rápidos ... pero quebradizos. Lanzo con acierto mi puño contra su afeminado rostro partiéndole el labio superior, cuando baja la vista de nuevo a mi, descargo con furia mi arma sobre su hombro. El crujir de sus huesos confirma mi exitoso golpe. Los hermanos Ivanovich persisten en su ataque y me resulta imposible evitar sus estoques. Saben ayudarse entre si y me hieren gravemente, pero no lo suficiente. El capitán Dylan y el Ciego también cargan contra mi oponente. Su agilidad le permite esquivar mejor los ataques, pero cada vez que es alcanzado, su cuerpo se resiente duramente. A penas han pasado escasos segundos y tanto yo como uno de los hermanos ya nos cuesta mantenernos en pie.

La cosa se estaba poniendo delicada, hasta que el maldito fuma-hierbas apareció de la nada con una de esas absurdas ideas ... esas típicas suyas, tan surrealistas que, a veces, resultas ser brillantes. - ¡¡ MARINEROS !! Id al barco y bombardead el "Orgullo Vandelino" hasta que no asomen ni las velas por encima del agua !-. Todos, y cuando digo todos es porque todos nos quedamos paralizados por el asombro. - VENGA !! ES PARA HOY !!!
Estas últimas palabras provocaron una alocada desbandada de la taberna. Marineros, oficiales, nosotros e incluso los hermanos Ivanovich corríamos por las calles dirección al puerto. Patadas, cozados y zancadillas. Los oficiales Richard el cojo, y Thomas el vizco, aprovechadon para montarse en una carreta de fruta fresca y descender a todo trapo por la calle. Ganaron mucho terreno, que les sirvió para no quedarse atrás cuando se estamparon en la tienda del final de la calle.

Finalmente estamos todos en nuestros barcos. Yo al mando del "Geist von Reiner", el capitán Dylan Wolf a cubierta de su "Old Hawk" y los hermanos Ivanovich en su pomposo "Orgullo Vandelino". Empiezo a dar ordenes a la tripulación y no tardamos a ponernos en marcha. Sin embargo al pesado culo del navío le cuesta acelerar y cuando ni siquiera las velas se empiezan a cazar, recibimos los la primera descarga por estribor. Algunos de los marineros se asustan y por unos instantes la moral cae por los suelos - ¿ Pero que hacéis ? ¿ Ni siquiera han hecho saltar la pintura y ya os asustáis ?, ¡ Moved el culo ! -. Debo admitir que yo también me sorprendí al comprobar la dureza del "Geist von Reiner". Creo que es un excelente barco.
Mis ordenes hacia el maestro artillero son claras. - Ni un atisbo de duda. Abre fuego tan pronto como tengas el "Orgullo Vandelino" a tiro -. Las primeras deflagraciones no se hacen esperar. El barco tiembla por la poderosa descarga, pero no es nada comparado en los destrozos que causamos. Tal y como las velas empiezan a hincharse por el viento arrancamos para virar a estribor y colocarnos en la popa del Orgullo Vandelino. Aquí quedamos en el punto ciego de sus baterías de cañones y da tiempo a los marineros para recargar la siguiente andanda. El Orgullo Vendelino sigue alejándose del puerto e intercambian cañonazos con el Old Hawk. Desde aquí parece que nuevamente el Vandelino se lleva la peor parte. Ahora damos un fuerte viraje a babor para encarar los cañones, la madera cruje por el giro pero el Geist von Reiner resiste perfectamente. Múltiples explosiones resuenan una vez mas en la noche de Sievna. El Orgullo Vandelino esta muy tocado y empieza a inclinarse sobre un costado. El Old Hawk también ha recibido un fuerte impacto y su palo trinquete amenaza con derrumbarse de un momento a otro. Por suerte, antes de que eso pueda ocurrir, el Orgullo Vandelino se parte con nuestra siguiente descarga de plomo y inicia su inevitable descenso al lecho marino.

15 de octubre de 2007

Sesión VII-B


(... continuación de la entrada anterior ...)
A media mañana salimos tras la estela del pesado buque del Barón Reiner von Heilgründ. Los capitanes Wolf y el Ciego han decidido juntarse con el eiseno, que tiene ya sus teorías de los posibles escondites del buscado pirata Joe Shark. Me cuentan que ayer, mientras yo estaba con el Barón, fueron a reunirse con Pyotyr Siev Andropovich. Un pez gordo Ussuro. Les advirtió para que se cuidasen las espaldas. Un tal Aleksi Pavtlow Markov v'Novgrorov tambien sigue los pasos de Joe, pero este no parece que lo busca para cargárselo, mas bien lo contrario.

A media tarde de ese mismo día ...

Llevamos varias horas explorando todos los rincones de unos inaccesibles acantilados. Según Reiner Hainzl, cabe la posibilidad que en alguna de las grutas naturales se escondiera el "Sea Wolf". Por infortunio, parece que no es así.
De repente el grumete de la vigía advierte de las señales del navío eiseno. No sabemos que se traen entre manos pero hacen señales para abarloar. El capitán Dylan ordena al piloto virar a estribor para facilitar la maniobra.
- ¿ Ocurre algo ? -. Pregunta uno de los nuestros grumetes mientras recive una de las cuerdas de amarre arrojadas desde el otro barco. Pero los marineros del navío eiseno parecen muy estar ocupados afianzando las cuerdas. No hay respuesta. Cuando el pobre grumete repite su pregunta, una fuerte detonación de una pistola le hace saltar media cara por los aires. Cayendo muerto incluso antes de tocar al suelo.
La sorpresa es general y nadie reacciona debidamente. ¿¡ Nos están abordando !?. Para cuando corre la voz de alarma y los marineros consiguen prepararse, mas de una docena de cuerpos yacen ya sobre nuestra cubierta. De repente el caos se apodera de todo y todos. Mas deflagraciones dejan pequeñas nubes de humo marmolíno en el aire y algunos marineros de ambas tripulaciones caen muertos o moribundos. El resto estalla entre chasquidos metálicos y gritos.
Con una patada en el entrepiernas, dejo fuera de combate a un marinero que se interpone entre yo y mi arma. Para cuando me doy la vuelta, solo puede ver pelotones enzarzados en combate por todas partes. Atrevidos marineros que con mas voluntad que pericia se descuelgan de las velas para entrar en combate. También están aquí, organizando el abordaje, uno de los oficiales del barón Reiner, junto dos de los sub-oficiales. A lo lejos, nos vemos y nos desafiamos con la mirada. Me agarro firmemente a uno de los cabos de la verga de trinquete y cortar el nudo me lanza por los aires. Como si fuera un proyecto, de proa a popa el barco entero, consiguiendo caer encima uno de los sub-oficiales, un Vodaccio. Que no tarda en recomponerse del golpe. Empuñando con su mano zurda, hace bailar su estoque en el aire acometiendo contra mi. Sin tregua. Evado los dos primeros ataques hasta que perfora mi muslo. Aprovecho la fuerza que me infiere el dolor, puedo asestarle un fuerte golpe al hombro, que cruje y se parte en pedazos. Sin embargo el Vodaccio no se da por rendido hasta que dejo caer mi arma, con todo su peso, sobre su cabeza.
Miro a mi alrededor y puedo ver el fuma-hierbas cayendo inconsciente. Su contrincante, el oficial Francisco Caravello, le ha derrotado. Aunque a juzgar por su lamentable aspecto, el capitán Wolf ha presentado batalla, una dura batalla. Cargo contra él a pesar de la cojera. Sin ser consciente de mi presencia hasta demasiado tarde, sus costillas se rompen añicos cuando recibe el fuerte impacto de mi arma. Aturdido, molido y desconcertado se levanta nuevamente. Justo a tiempo para que Dylan Wolf, que parece que aun tiene una última palabra, dispara a bocajarro a su contrincante. Aun vivo, pero incapaz de moverse, se desploma encima su propio charco de sangre.
En tercer lugar, queda el su-oficial eiseno, que se he encarado con el Ciego. Este esta subido al palo mesana, donde es un blanco fácil para que el sub-obifial le dispare. Siguiendo en racha, arremeto contra este, tal y como acabo de hacer con su superior. En esta ocasión, no es necesaria ninguna ayuda extra, el eiseno de desploma con la cadera molida.
Nuestra tripulación Vendelina, da honor a su nombre, y no sin lamentables perdidas, pero da su merecido a los traidores. Cuando se inició el abordaje, por unos momentos, sentí un duro pesar al ver como Reinier nos atacaba. No tardé en percatarme que Reiner no estaba entre los asaltantes, cosa que en parte me tranquilizó y en parte me llenó aun mas de preocupación. Ahora, incapaz de poder esperar ni un segundo mas salto por las pasarelas hacia el navío eiseno. Coja, sangrando abundantemente por el muslo y jadeando victima del esfuerzo realizado, abro la puerta de su camarote solo para confirmar mis temores. El Barón Reiner Hainzl von Heilgründ yace muerto en su mesa, apuñalado a traición por la espalda. El cuchillo del delito aun esta en su sitio, como desafiante. Orgulloso.
Respiro profundamente mientras me acerco a él. Aun tenia tantas cosas que preguntarle ... y ahora su sangre se esta derramado por encima los mapas. Con cuidado, como si aun pudiera lastimarle, cargo con su cuerpo hasta la cama. Donde lo dejo descansando. - Si pudiera recordar algo mas ... pero no se cuales son nuestras tradiciones funerarias. No te preocupes, las averiguaré y serás enterrado como mereces. Como valeroso y leal Barón de Heilgründ. - Cierro los ojos y pido a mis padres que cuiden de él. De quien me ha acercado mas a ellos que cualquier otra persona bajo el cielo.

De vuelta a cubierta, los pocos traidores que aun viven, se rinden ante su inminente aniquilación. Finalmente son hechos presos y serán tratados como tal, como dictan las leyes del mar. ¿ Pero todos ? ... No, todos no. Francisco Caravella, quien viendo su rostro, una se pregunta si su apellido es en realidad algún chiste mordaz, aun sigue vivo. Ese tiene cosas que contarnos.


Empezando a anochecer ...

Tardamos varias horas en arreglar un poco todo el desastre. Hay heridos por todas partes y los destrozos son cuantiosos. El padre Diego ha demostrado una vez mas ser un habilidoso cirujano y acutalmente mas de media tripulación ya le debe la vida dos veces como mínimo. Los que nos mantenemos en pie actuamos en silencio, pues todos hemos perdido algún amigo o conocido en esta refriega. Nos apresuramos en apañar los daños colaterales que se han causado a ambos navíos y los preparamos de nuevo para la nevegación. La mermada tripulación, se divide en dos y asignándome temporalmente el mando del navío eiseno, conseguimos llegar de nuevo al puerto de Sievna.

(... Falta completar. Pero en este punto tengo dudas. Pues se supone que volvemos a Sievna. Allí tenemos otro encuentro "poco amistoso". sin embargo no logro comprender en que momento nos recuperamos, especialmente el capitán Dylan Wolf, que después del fallido abordaje, quedó hecho papilla ...)


Sesión VII-A

Finales de Septimus del 1.669 ...

Seguimos soportando un frío inviernal, que por lo que dicen muchos de la nueva tripulación ... - Pequeña, eso no es nada comparado con el invierno del 67 !!. A un perro se le congeló el culo y se murió por no poder cagar ! JA JA JA !! -. Que "agradable" imagen. Hace dos años yo estaba tostándome al sol, felizmente en las orillas meridionales de Castilla. Ya les regalo esa Matushka y todo su maldita nieve. Hace tanto frío que ni siquiera el viento se atreve a soplar o el mar a moverse.

Se que la imagen quizas no es muy acertada,pues debería ser un mar nevado y tranquilo. Pero me pareció "bonita".

Ahora que lo comento, es curiosa la capacidad de Juicio de el Ciego. Lleva protestando todo el viaje por la tripulación, a quien apoda "manada de niñas". No se siente nada satisfecho y frecuentemente debaten con el capitán fuma-hierbas acerca del tema.

Unos días después ...

Amarrados ya en el puerto de Sievna, a las costas de Rurik en Ussura, me doy cuenta de que, o me estoy empezando a acostumbrar al clima, o es que aquí solo hace un frío de mil demonios.
Sievna es la típica ciudad pirata, donde la ley brilla por su ausencia. Sin embargo, teniendo en cuenta al menos mas de la mitad de su población son piratas carroñeros, delincuentes, fugados, asesino y malhechores ... se podría decir que es un lugar relativamente seguro.
Desembarcamos y los marineros que no han sido condenados para cuidar del barco, se apresuran a saciar sus ansias de alcohol y cenicientas de sueldo. Por mi parte, y sabiendo que comparto el mismo interés que los capitanes, me quedo con ellos.
Cuando el Ciego pregunta un poco acerca de Joe Shark, descubrimos con sorpresa que no somos los únicos que le buscan. Parece ser que tal y como nos habían informado, Joe frecuentaba esta ciudad. Pero últimamente se preguntaba demasiado por él en estas calles y el bastardo se fue a zonas mas tranquilas. Entre los interesados, esta un capitán eiseno, conocido como Barón Reiner Hainzl von Heilgründ. Quien podremos hallarlo sin problemas en la única taberna de la ciudad.

Es una gran mansión que bien podría dar cobijo a cinco familias numerosas. Ha sido reformada para convertirla en la mayor sala que he visto en mucho tiempo. Su capacidad es enorme y sin embargo tenemos problemas para dar con una mesa vacía, incluso cuando ya desistimos de encontrarla, además, limpia.
A nuestro alrededor hay buena cantidad de camareras intentando dar abasto con una abundante clientela de borrachos y marineros hambrientos. Quienes parecen estar mas interesados en las fulanas que también rondan por aquí. Después de que varios tipos me confundieran, y teniendo en cuenta que, al mas apuesto de todos ellos, era un viejo de treinta y pocos al que le apestaba el aliento y le faltaban dos dientes, prefiero abrocharme un par de botones mas de la camisa.
No tardamos en hallar a Barón Reiner Hainzl, en su mesa, compartida en relativo silencio por los demás altos rangos de su navío. El capitán Wolf es el encargado en iniciar la charla, siempre con sus rodeos, como si tuviera miedo de decir lo que quiere, acaba preguntando por Joe Shark. El Barón Reiner no tiene reparos en admitir que lo esta buscando, de momento sin exito, por su posible relación con la desaparición de Eisenfürst Stefan von Heilgrünt. Con tiempo, diplomacia y cierta astucia, aunque Reiner tampoco parece reacio a explicarse, el capitán Dylan acaba averiguando que hay un importante Ussuro que también va tras los pasos de Joe Shark.
A lo largo de la extensa charla entre ambos capitanes, no puedo evitar percatarme de las fugaces atisbos que capitán Reiner deja caer hacia mi. Nuestras miradas se cruzan una y otra vez, sintiéndome incapaz de aguantar sus ojos, me veo obligada a apartar la vista continuamente. Es una sensación extraña, pocos hombres me han escudriñado así. Mirándome, pero a la cara, directo a los ojos. Finalmente el misterioso eiseno se dirige a mi.
- ¿ Perdona? ... Si, perdona. Pero, tu cara me resulta familiar. ¿ Puedo preguntar de donde eres ?.
- ¿ Que ? ¿ Yo ? ... Yo .. Yo soy de todas par... Digo, que no soy de ninguna parte en concreto. Que bueno, que ... que he estado un poco aquí y allí ... ya sabes ... - Desorientada por su inesperada pregunta no sé ni lo que me digo. Pero seguro que acabo de quedar como una estúpida integral.
- Oh vaya. Pues juraría que me recuerdas a unos viejos amigos míos. ¿ No te dice nada el nombre de "Baden-Wüttenberg" ?.
- Hummmm ... no ... no me suena, ¿ por ?.
- ¿ Frierdeline von Baden-Wüttenberg ?.
- ... Frierdeline ...

De repente algo estalla dentro de mi cabeza. Ante mis ojos saltan centenares de imágenes que no recordaba. Entre ellas, la de esa hermosa mujer. Mi madre. Esa imagen que siempre había permanecido muda durante tantos años. Con su hechizadora sonrisa que tanto calor me daba cuando estaba triste. De repente, esa imagen me habla, con la voz mas hermosa que jamás he oído. Sus labios de mueven como por arte de magia y de su boca sale un nombre ... Frierdeline.
De fondo, docenas de ruecuerdos aparecen de la nada. Personas de rostros anodinos que no soy capaz de indentificar. Gente en distintos lugares y situaciones, todas me están mirando, todas me están llamando ... Frierdeline.

Confusa y aturdida, siento que las piernas me desfallecen y por unos instantes temo caerme al suelo. Me siento en la única silla vacía que hasta el momento ninguno de los tres nos habíamos atrevido a ocupar.

- ¿ Estas bien ? - Me pregunta uno de los oficiales de Reiner.
- Si, si ... - Volviendo la mirada a Reiner - ¿ Frierdeline dices ? ¿ Porque debería conocer ese nombre ?.
- Es una trágica historia - Reinier sigue hablando sin reparos - Como ya te he dicho, unos viejos amigos míos, desaparecierón hace muchos años. Quince años hace ya. Eran una pareja, y tenían una hija. Si estuviera viva, ahora tendría tu edad. Y tus ojos, tu cara, son la viva imagen de los ojos de esa mujer.
Su rostro desprende un lastimoso pesar, ¿ podría ser que Reiner conociera a mis padres. ? ¿ Realmente me parezco tanto a mi madre ?. Supongo que no tiene sentido mentirle - Podría ser que me resultara familiar este nombre.

Tras muchas horas de charla ...

El capitán Dylan Wolf y el Ciego se marcharon hace mucho para investigar a ese Ussuro que también muestra interés por el pirata Joe Shark. Ahora mismo poco me importa esa alma en pena.
Tras descubrir junto Reiner que "Frierdeline von Baden-Wüttenberg" es el nombre que me pusieron mis padres al nacer, hemos pasado horas reviviendo juntos viejos tiempos. Bueno, Reiner recordando y yo intentando. Mis padres dedicaron su vida a luchar contra las artes oscuras que moran en Thea. Años de dedicación y exitosas cruzadas les otorgaron poderosos enemigos que clamaban venganza. Yo, nací en mitad de esa guerra no declarada. Al parecer, intentaron mantenerme siempre al margen, pero llegó un desafortunado día en el que se desconoce que nos pasó a mi y a mis padres. Simplemente nos esfumamos. Yo, de algún modo que desconozco, conseguí sobrevivir, pero no mis recuerdos no.
El ambiente de la taberna se esta apagando paulatinamente, es muy tarde y mi jarra de cerveza hace rato que permanece en el mismo sitio. Justo donde la dejó la camarera horas atrás. Presa de los relatos de Reiner no puedo hacer mas que atender con devoción todas las palabras que surgen de su boca. Intentando esforzarme por recordar alguna cosa, por pequeña que sea. Poder anticiparme ni que solo sea en algún diminuto detalle a sus historias. Pero enajenada y desbordada, me esfuerzo en vano.
Entre sus exposiciones, conseguimos averiguar algo que nos sorprende a ambos. Mi pendiente derecho. Hasta hoy, solo era para mi, el único recuerdo material de mi madre. Pero en realidad es mas que una simple piedra oval de tallo perfecto. Se trata del desencadenante de todos los males de mi vida. Por alguna razón que no logramos averiguar, mi padres murieron por ello.

Cuando nos despedimos en el muelle, ya no falta mucho por el amanecer. Le abrazo con todas mis fuerzas durante largo rato. Apretándolo contra mi pecho, con la estúpida esperanza que al menos una diminuta parte de ese abrazo, pueda llegar de alguna forma a mi padres. A los que hasta hoy, no me había dado cuenta de cuanto los echo de menos.

A la mañana siguiente ...

No puedo decir cuando me he despertado, pues creo que ni siquiera me he dormido. La voz de Reiner resuena en mi cabeza. Me esfuerzo en ordenar y apresar cada una de sus palabras. Cogerla fuerte, muy fuerte, y grabarla con fuego a mi memoria. Para no volver a olvidar, jamás.

Los capitanes volvieron con mas información de Joe Shark, pero de repente ese mal nacido acababa de pasar en segundo plano. Por primera vez en mi vida, tras sentir ese nombre, no fantaseo con arrancarle los pulmones en vivo.

(... continua en la siguiente entrada ...)


Sesión VI (conclusión)


Esta fue una sesion corta y sin mucho a comentar. Estubimos mucho rato charlando de todo menos de la partida. Estas sesiones no son solo de rol, rol, rol y mas rol.
Contratamos la tripulación y eso fue todo. Por ello mismo, me he extendido considerablemente en detalles para dar un poco mas de vidilla y transfondo a la situación. Sin embargo, al final de la sesión, hubo un combate naval que he omitido. Partimos a placer tres antiguas barcas vestenmannavnjar.

Debido a ello, no se repartieron puntos de experiencia. Tenemos un director de juego muy gañan ;).


8 de octubre de 2007

Sesión VI

13 Septimus del 1.669 ...

Hace un frío que mata y casi nadie quiere estar en cubierta mas de lo necesario. Por suerte el nuevo navío que compró el capitán Dylan Wolf es considerablemente rápido y muy manejable, cosa que ha recortado la durada de la travesía. Habría sido una brillante compra si no fuera por las ratas que anidan en rincones que no conseguimos descubrir. Bueno, y porque este montón de madera quejica tiene mas años que Matusalen.
Hablando de años, anoche me percaté que debo haber cumplido ya los 19 hace algunos meses. 19 años ya ... me estoy haciendo vieja. Francamente es un poco molesto saber cuando nací. Mejor dejo de pensar en tonterías y me acabo de vestir. Voy a acompañar nuevamente al Fuma-hierbas y al Ciego para la visita diplómática. Por desgracia, no estoy acostumbrada a montarme tanta ropa encima y, creo que si tropiezo, en lugar de caerme voy a salir rondando.

Amarramos el bote en una cala en la isla de Eskjö. Nos dirigimos hacia una aldea que ya atisbamos desde la mar. Supuestamente aqui se celebra una importante reunión de Jarl's. Con lo que el porcentaje de brabucones con ganas de unirse a nuestra tripulación, sera elevado.
Por el camino, aun sigue nevando en silencio. Solo el crujir de la nieve bajo los pies anuncia nuestra presencia. Para olvidar el frío, voy repasando los verbos en Vendelino. En los ultimas semanas de nuestra estancia en Kirk, pagamos a un profesor para que nos diera unas nociones básicas. Afortunadamente para mi, el Vandelino es sumamente parecido al Eiseno en conjunción y formulación. Si no hablan muy rápido, me siendo capaz de entender cualquier cosa.

Llegados a las afueras de la aldea, entra en juego la diplomacia Vendelina. Desde arriba su muralla de troncos, nos miran con desprecio y prepotencia. Aquí se aplica la ley de "No vales una mierda, hasta que no demuestres lo contrario". Intantamos parlamentar pero no tardo en darme cuenta que las palabras "valor" y "fuerza" no significan nada si no van respaldadas de acciones. Cambio radicalmente mi discurso para poner en duda la hombría de el mas grandullón de los que se asoma por la muralla. Es mas fácil insultar cuando se que digo exactamente, incluso me da la libertad para improvisar. Su reacción no se hizo esperar y pocos segundo después de que su iracunda cara desapareciera tras la muralla, las puertas se abren.

Oh !. Bravo Nicolete, tu si que sabes elegir bien a tus contrincantes ... . Me pregunto si su pobre madre sobrevivió tras el parto de semejante mastodonte. Con una gruesa piel cubierto de pelo y pieles, supera de largo los 6 pies de altura. En su torso donde podría amarrar media armada Montagnesa y a ambos costados unos brazos mas anchos que mi cadera.
Su salvaje rostro, acentuado por la barba y las pieles que le cubre, sonríe mientras me evalúa. Pesa por lo menos, 3 ó 4 veces lo que yo. Con un gesto de hombros se desace de sus ropas para quedar solo en pantalones. Sin el grueso de las pieles no parece tan grande, en realidad solo cabria un tercio de la armada Montagnesa. Yo imito sus gestos y me libero de la carga del abrigo. Procurando que me vea bien, con suerte me infravalora y eso me da algo de ventaja. De no ser así, lo tengo crudo.

Empiezo aprovechando mi agilidad, que nunca ha sido brillante, pero ante tal monstruo de hueso y musculo, cualquiera es rápido. Apoyándome en su barriga salto hasta su cara donde le arreo un par de codazos. Su reacción es lenta y falla cuanto intenta agarrarme, me sitúo en su flanco para asestar otro puñetazo a sus costillas. Cuando me retiro me resiento por los nudillos. Pegarle a un árbol seria mas blando. En cambio, ese "hombre" a duras penas se ha inmutado y se aproxima al trote hacia mi. Es lento, pero muy experimentado, consigo esquivar algunos golpes, pero solo algunos. Un ligero golpe en la pierna me desequilibra y en cuanto intento reponerme me estampa contra el suelo tras un manporrazo en la espalda. Consigo apartarme a tiempo antes de que me pisotee.

La escaramuza de prolonga un buen rato, a estas alturas el grandullón hace rato que jadea. Por muy fuerte que sea, le han llovido una de ostias que ni siquiera el mas viejo de los robles puede aguantar. Por mi parte me duelen los puños, aun me cuesta respirar tras esa patada y su ultimo puñetazo aun me nubla la vista. A pesar de eso, puedo ver gente a mi alrededor, vitoreando y gritando. Disfrutando del espectáculo. No les culpo, me duele todo, pero me lo estoy pasando en grande, y a juzgar por la sonrisa ensangrentada de mi contrincante, no soy la única. En cuando nos reponemos un poco ambos nos lanzamos a un nuevo ata... - ¡¡¡ ALTO !!! -. El Jarl anfitrión pone fin a la pelea.

Logmann, ese grandullón tiene nombre y se llama Logmann. Me lo acaba de contar mientras ambos estamos sentados en una de las cabañas de la aldea, donde nos aplican algunas curas. Sonriente me felicita por mis habilidades, agradecida no puedo hacer mas que admitir sinceramente su gran pericia marcial. Hacia tiempo que no encontraba un contrincante de estas alturas. Cuando ambos nos encontramos aun magullados pero recompuestos, nos podemos unir a gran cabaña, donde se celebra algo que parece mas bien una bacanal que una reunión civilizada. Aquí hay de todo; Música, comida, risas , gritos, mucha bebida y ... si me gustasen los hombres grandes y con pelo, seguro que también podría encontrar una excitante final de balada.

Al amanecer ...

Aturdida y ligeramente resacosa, abro un poco los ojos. Levanto la mirada para ver que mi incomoda almohada es uno de los brazos de Logmann. Se que estuvimos charlando durante mucho rato, pero no recuerdo haberme dormido encima suyo. Me incorporo aun resentida por la pelea de ayer - Buenos días Nicolette, Je je je ... ¿ ya puedes caminar ? - Es Logmann, que estaba despierto ya. Creo que le sonrío, no lo se muy bien, aun estoy durmiendo, y salgo a fuera en busca de algún lugar donde asearme un poco.

El agua esta helada y siente como se me echara encima mil alfileres, sin embargo es un placer deshacerse de esa pegajosa sensación sobre la piel. Tras aguarme la cara y el pelo puedo decir que yo formo parte del mundo consciente. A la vuelta a la gran cabaña, están esperándonos algunas docenas de hombres. No recuerdo haber acordado nada, supongo que estaba muy borracha después de todo. Pero al menos, parece que ya tenemos tripulación.

Tras una breve despedida, volvemos al barco. Me extrañamente bien, teniendo en cuenta la escaramuza y las ingentes cantidades de alcohol que acabe tragando.
Una ves en nuestro barco, tardamos un rato en situar la nueva tripulación. El idioma puede acabar siendo un problema y acabamos formando una compleja red de traductores. Salvo Vodaccio, se pueden escuchar todos las lenguas de Thea en nuestra cubierta.

(... Falta un combate naval ...)


3 de octubre de 2007

Sesión V (conclusión)

En esta última sesión, no es que ocurrise mucha cosa, al menos por lo que respecta al argumento general de la campaña. Nos limitamos a vender lo que sacamos de la sesión anterior y a informarnos para la siguiente. Por ello mismo he procurado "rolear" un poco.

La escena de Nicolette fantaseando subida en lo mas alto del palo mayor, empezó simplemente con una frase. Se supone que Nicolette aun esta absurdamente enamorada quería hacer una vaga mención a ello. Es algo que constaba en la creación del personaje. Pero después de "esa frase", quise ir poniendo mas detalles a relucir. Por una parte, ese costado femenino y soñador del que ella misma reniega y que tan a menudo queda eclipsado por su carácter provocador, masculino y temperamental. Por otra parte, que al ser una chica que se crió sin padres, creció deprisa. Demasiado. Y por último ... bueno, tampoco vamos a desvelar todo tan pronto.

La escena del combate estuvo bien. Por una vez me salieron las cosas mas o menos como esperaba. Tampoco hay duda de que saqué buen partido a ese incremento de Musculo.




Sesión V-B

En la madrugada del 25 ...

Kirk, como todas las grandes ciudades, no duerme nunca. Por la noche, solo se reduce el ruido ambiental. Pero jamás desaparece del todo.
Desde aquí, en capitanl Dylan no ha sacado ojo del "Santa Caterina IV". Es el pequeño navío que se encuentra en la dirección que hemos dado a Val Mokk. Los demás, permanecemos todos en guardia silenciosa. Por si vinieran visitas inesperadas. Visitas que no se hacen esperar, pero como es obvio, no vienen a nuestro barco, si no que abordan con toda la discreción posible el "Santa Caterina IV". Definitivamente el Ciego tenia razón, ese Val Mokk es un maldito capullo. Eso no puede acabar así. Que sus secuaces vuelvan con las manos vacías no es suficiente. Por suerte, el capitán Dylan sufre otro de sus ataques de orgullo avalonés y también decide no dejar las cosas así. Genial, esta noche nos vamos a divertir.

Al acecho, solo nos acercamos el Ciego, Dylan y yo. Desde mas corta distancia, se puede apreciar mejor que han dejado a tres matones vigilando el muelle, los demás, una docena, están dentro el barco. Junto con el capitán Dylan nos descolgamos por un lateral del muelle para poder salir por detrás de los 3 patéticos guardias que no verían ni a la gorda de sus madres montadas en un asno azul. Por ello mismo son reducidos sin resultar un problema y los dejamos tumbados junto unos barriles. Procurando que a lo lejos, parezcan un simple grupo de borrachos somnolientos.

Ahora somos nosotros quienes abordamos el barco. Dylan y el Ciego por la pasarela de acceso. Yo me doy un chapuzón y treparé por detrás del barco. El agua esta fría y el cuerpo se estremece, pero me siento a gusto en ella. Sin problemas a pesar del peso de mi peculiar "arma", consigo llegar hasta la popa. Para cuando consigo empezar a trepar por una de las mohosas cuerdas de amarre, puedo escuchar con claridad que el Ciego y el capitán Wolf ya han empezado la fiesta, sin mi. Presa de esa excitación previa a una contienda, me balanceo en la cuerda para saltar y trepar por una de las ventanillas laterales. El golpe seco de mis pies golpeando el casco del navío pasa desapercibido y no puedo evitar el impulso de darme la vuelta, satisfecha, para comprobar mi pequeño logro. Sin salir del cobijo de las sombras, entro en la cocina hasta colocar mi espalda junto la pared. Abriendo cuidadosamente la puerta, puedo ver por el rabillo como los cuerpos inconscientes y moribundos de los asaltantes, van cayendo por la escaleras de cubierta hasta formar una pila al final del estrecho pasillo. Desde aquí solo puedo ver sus pies, pero juraría que el Ciego se esta luciendo. Y pensar que la primera impresión que tuve de él. fue que era un afeminado.
El último de ellos landa un ahogado grito al aire antes de caer rodando para reunirse con sus compañeros.
El silencio no dura mucho, lo justo para escuchar los pasos de ambos capitanes descender hasta el pasillo. Cuando por el otro lado, aparecen 3 asaltantes mas. Aunque no se si han estado aquí desde el principio, a decir verdad, no les había visto. En una inesperada explosión de velocidad, se lanzan al ataque coordinados entre si y sin mediar palabra. El primero de ellos, repentinamente despega del suelo para dar un espectacular salto por encima del Ciego y plantarse a su espalda, los otros dos se sirven de la ligera desorientación del sub-capitán para ensartarlo a placer. El capitán Dylan Wolf no puede hacer mucho al respecto y se cierra a la defensiva ante las acometidas de sus atacantes, indudablemente mas habilidosos que la docena que yace tumbada al pie de las escaleras. Aprovechándome de su fijación en el capitán, consigo acercarme sigilosamente y retirar al moribundo Ciego de la escena.
Cuando salgo nuevamente de la cocina, la pelea se ha trasladado a cubierta. Subo los escalones de dos en dos hasta salir al exterior. Son tres contra uno y no por ello muestra compasión. Cargo contra uno de ellos por la espalda, cuando se da cuenta de mi presencia nada puede hacer para evitar que sus costillas crujan por el impacto de mi arma. Sorprendido y desorientado se da la vuelta hacia mi y arremete con furia. Es bueno, retrocedo sin éxito intentando evitar su veloz estoque hasta que me hiere levemente el muslo derecho. No puedo hacer mucho aquí, es mejor que yo, pero aun me quedan cartas por jugar. Doy media vuelta y salto por la barandilla de cubierta. Consigo calcular bien el salto y antes de caer al agua, me deslizo por segunda vez esta noche, a través de la ventana de la cocina. Mi perseguidor adivina mis intenciones y me sigue sin problemas en el acrobático salto. Entra por la ventana con la guardia perparada. Pero infravalora la inercia de 35 Kg de acero de mi arma. Aturdido, se recompone a pesar de los huesos molidos e intenta inútilmente devolver el ataque. El tipo sabe saltar y trepar muy bien, me pregunto se se maneja igual bajo el agua. Suelto mi arma para agarrarle por la espalda, con fuerza aprieto sus pulmones hasta que puedo oír sus tullidas costillas quejarse. Cabezados y patadas no me detienen y me lanzo con el por la ventana, esta vez si, para acabar bajo el agua. Se zarandea y patalea, intentando subir a la superficie, pero solo consigue agotarse mas aun. Cuando por fin desfallece, asciendo junto la protección del timón para retomar aire. El cuerpo de asaltante permanece inmóvil, pero aun vivo. Espero unos minutos hasta que los compañeros del lastre que mantengo a flote, se largan y lo abandonan.

Cuando consigo subir por el muelle, dejo al paquete tirado junto los demás. A la distancia se escuchan gritos de alarma. Es mejor que no me pillen aquí, prefiero no tener que da explicaciones. Voy a buscar mi arma, el Ciego y por el camino tropiezo con el cuerpo del fuma-hierbas. Cargada con cada uno de ellos sobre los hombros me escurro al interior de nuestro barco antes de que aun haya llegado nadie al "Santa Caterina IV"

(... Falta completar los últimos detalles...)


1 de octubre de 2007

Sesión V-A

Unas semanas mas tarde ...

En cuando dejamos atrás la isla de El Diamante de Sangre, aun no teníamos muy claro nuestro rumbo. La verdad es que poco me importaba en ese momento, solo quería descansar mi tullido cuerpo y no lo conseguí hasta haber hablado un buen rato con el Padre Diego. No saque mucho de provecho. Sin embargo, sentía malestar extraño y me sentó bien poder charlar de lo ocurrido con Filipa y estos últimos meses con alguien.
Oh si !, Lo olvidaba, los demás miembros de la tripulación, acordaron dirigirse a la isla de Oddis, en tierras Vendel. Mas concretamente a la ciudad de Kirk, que fue el hogar durante una temporada del Ciego. La intención es vender los diamantes que contenía el baúl y porque la flota Montagnesa aun no ejerce ningún control en esas aguas.

En una tranquila tarde de medianos de Corantine del 1.669

Aprovechando que hoy no hay mucho que hacer, todos estamos un poco a nuestro aire. Salvo Pierre, que le han prohibido hacer otra cosa que no sea limpiar la cocina tras haber sido hallada una rata en avanzado estado de descomposición dentro una cacerola.
Los James están agotando la paciencia de Thomas, que tiene muy mal perder en los dados. El capitán Wolf y el Ciego, nunca se que están pensando. Pero no hay duda de que el primero continua con sus permanentes elucubraciones alucinógenas. El padre Diego esta leyendo un libro mientras Don Juan controla el timón y rumbo. ¿ Y yo ? ... Estoy gozando de privilegiadas vistas e intimidad arrimada a lo mas alto del mastelero de juanete mayor. Nadie mas que yo se atreve a subir hasta aquí por el puro placer de trepar. Con una mar tan tranquila como la de hoy, es mas cómodo y estable de lo que parece.
Me tumbo boca arriba para observar el cielo, completamente despejado y el sol dominando en solitario el firmamento. Respiro hondo para sentir de nuevo el olor del mar y de repente algo se remueve en mi cabeza, como si fuera un déjà vu que lucha para conseguir un poco de protagonismo. Presa de un unos escrúpulos poco habituales en mi, miro de reojo hacia abajo para comprobar que nadie levanta la mirada. Finalmente desabrocho por completo mi camisa y vuelvo a dar rienda suelta a mi imaginación, a mis recuerdos.
No es la primera vez que hago esto, pero si la primera que lo hago sola. Con los ojos cerrados, casi puedo sentir sus manos ligeramente temblorosas. No es la primera vez pero también esta nervioso, solo somos dos críos jugando a ser mayores. Me mantiene presa sentado sobre mi vientre y yo hago como que me dejo someter. Mis recuerdos van recreando hasta el último detalle, sus ropas maltrechas por el día a día y su pecho bronceado también al descubierto, los dedos ásperos de trabajar y ese rostro anodino que ya no consigo recordar con claridad. Me siento reo por haberlo olvidado tanto tiempo. Susurrando, le pido perdón y le prometo visitarle mas a menudo. De repente, le oigo reírse con descarada sinceridad, tal y como él solo sabia reírse, con toda su alma - Joder Nicolette, siempre serás una blandenge -.

...

La piel me arde. Supongo que hace demasiado que estoy aquí, a merced del astro reí brilla aun con mas prepotencia que antes. Me maldigo a mi misma por ser demasiado boba y aun algo soñolienta me tapo de nuevo y desciendo a cubierta donde todo parece seguir el curso normal.


Día 25 de Corantine del 1.669

Kirk es una gran ciudad comerciante, con un bullicioso puerto que ocupa todo su ancho y donde el trafico naviero es un poco desconcertante. Tras las maniobras pertinentes, atracamos y nos disponemos a desembarcar, jubilosos y con ansias por sentar los pies en tierra firme una temporada.
Inesperadamente, el capitán Dylan nos detiene el paso. Desconfiado como es el maldito fuma-hierbas, teme por el baúl de diamantes. - Lo sienro, pero la tripulación no puede salir del barco hasta que hayamos tramitado la venta. -. Nuestros reproches y protestas caen en saco roto y la decisión tomada es firme. Afortunadamente por mi parte, a mi, me invitan a acompañarles. No sé si será por mis pantalones apretados, pero de ser así, los seguiré usando si esos son los privilegios que obtengo a cambio.
Mientras nos vamos, mis compañeros se asoman por cubierta con chispas de envida en los ojos. No puedo evitar la tentación de alejarme de ellos contorneando mi trasero por el muelle mientras les lanzo burlones besos de despedida.

Siempre había pensado que era una persona de mundo. Tengo buen Don para los idiomas. Pero últimamente, vayamos donde vayamos no me entero de nada.
El Ciego es quien marca el rumbo por las calles y callejones de Kirk. Parece que se las conoce como la palma de su mano. Nos conduce hacia las oficinas de un tal Val Mokk, menudo nombre. Por el camino y con sus habituales buenas palabras, vien a decirnos que es un jodido usurero e imbécil integral. Pero es la única persona con capital suficiente para poderse permitir el trato que vamos a ofrecerle. Para mis adentros intento hacer numeros, pero no se me dan muy bien. Se que los diamantes son caros, pero sabría precisar en absoluto hasta que punto.
La casa de Val Mokk deja claro que es un tío con pasta, pero con mucha pasta. Una mansión rodeada de extensos jardines habitados por exóticos animales. Con su ejercito de jardineros que trabajan todo el año para que todo este perfecto. También dispone de un servicio estirado y sin sentido del humor, que no se deja sobornar. Al menos no fácilmente. Una cuantiosa suma pasa de mano a mano a cambio de no tener que esperar a "pedir cita previa". Cuando finalmente nos conducen al despacho del Val Mokk se confirma lo que la casa ya venía diciendo a gritos desde fuera. El tipo esta podrido de dinero. Creo que incluso ese pisapapeles de su escritorio vale mas que todo mi salario de un año.

La charla entre el Ciego y Val Mokk se eterniza hasta tres semanas después del día del Juicio final. No me entero de nada, pero esta claro que discuten de muchos precios, ofertas y contra-ofertas. Todo eso mientras ojean esporádicamente enormes libros de contabilidad. De fondo, participando de forma mas o menos activa en el regateo, están varios de los ayudantes de Val Mokk. Un par de ellos hace rato que me miran por el rabillo del ojo. Al principio pensé que mi vestimenta mas bien vulgar, desentonaba con todo lo demás. Incluso el capitán fuma-hierbas va con su mejor chaqueta de la armada avalonesa. Pero ahora lo veo claro, que gracioso, me miran los pechos. No se porque, pero a veces me siento mas jugetona de lo normal. Hoy es uno de estos días. Presa de un soberano aburrimiento, no puedo evitar matar el tiempo jugando a acrecentar las fantasías de ese par de salidos.

Con un fuerte apretón de manos, la reunión se da por acabada tan inesperadamente como había empezado. ¡ Por fin !. Por la cara de el Ciego, no ha ido tan mal como se temía. Mientras salimos de su despacho, me resumen que mañana por la mañana, vendrán a nuestro barco para finalizar la transacción. Aparentemente nada extraño, pero hay algo que me pinta mal.
Cuando el capitán Dylan informa de la situación de nuestro barco al secretario de Val Mokk, le da un amarre incorrecto. Supongo que él también desconfía de la situación.

Por el camino de vuelta, me paso por una de las tabernas. Ahora me siento un poco culpable por las burlas hacia los compañeros de tripulación y creo que con media docena botellas de ron, me perdonarán. Si, seguro que si.

De nuevo en nuestro barco, las airadas quejas no se hacen esperar. Todos se alegraron por mi inesperado regalo de reconciliación. Pero nuevamente la dictadura impuesta por el fuma-hierbas y el cegato se interpone con puño de hierro. Teme por lo que pueda pasar y hasta mañana, solo nos permite descorchar una de las botellas. Bah !, con eso ni siquiera podemos humedecernos el gaznate. Al menos con la desafinada música de Richard, aun se puede salvar la tarde.