16 de octubre de 2007

Sesión VII-C


(... continuación de la entrada anterior ...)
Segunda semana de Octavus de 1.669 ...

La noticia sentó como un jarro de agua fria al resto de oficiales del Barón Reiner Hainzl von Heilgründ. Todos ellos, sin excepción; Johannes Kyfer, Konrad Steffan y Georg Spreng se mostraron más que dispuestos para orientarme y ayudarme a ofrecer un merecido entierro para Reiner Hainzl. No reparamos en gastos ni dedicación y algo se removió dentro de mi cuando el profundo pesar de sus oficiales les hizo imposible contener sus emociones. ¿ Seré capaz de estar a su altura ? ¿ Como puede un capitán conseguir ese nivel de entrega ? ... Todas esas preguntas me asaltan cada instante desde que se me otorgó definitivamente el mando del navío eiseno. Que con la aprobación de mis nuevos oficiales, hemos bautizado como "Geist von Reiner". En el mas sincero honor a su anterior capitán.


La última confesión de Francisco Caravello aun me inquieta de sobremanera. No se quienes son esos que se dan a conocer como "Los Figli de Cenere". Pero cuando oí al malnacido Francisco escupir mi nombre, me dí cuenta que todo eso quedaba mas allá de un simple acto de traición y motín. Esos hijos de las cenizas me quieren a mi, y a mi pendiente. Un escalofrío recorre mi espinazo. No es miedo. Quizás si un cierto respeto, pero también siento una extraña satisfacción. Excitada al saber que, sin haberlo buscado, me encuentro intentando completar la misma cruzada de mis padres.

Esta mañana, ha llegado un nievo navío al puerto de Sievna. Dicho así no tiene nada de particular. Los que no ha ha llamado a todos la atención, es la opulencia que desprende ese nuevo ocupante del puerto. Es un barco de procedencia indudablemente Vandelina y no se corta un pelo en demostrar su lujo y prepotencia, casi insultante haca los demás. Eso "si" es inusual en estas aguas. El Ciego es nuevamente quien se encarga de recaudar información. Sus magulladuras aun persisten, como las del capitán Dylan Wolf, aunque hace días que ya se mueven y trabajan con toda normalidad. Los propietarios de ese escaparate flotante son los hermanos Ivanovich, que ahora mismo se hallan en la taberna. ¿ Ivanovich ? ¿ De que me suena ese nombre ? ... La verdad es que no lo sé, todos los nombres Ussuro suenan igual.

Cuando entramos ne la taberna, ese peculiar hedor, en cierto modo hogareño, invade nuestras fosas nasales hasta dejarlas inservibles. A nuestro alrededor, un montón de caras que ya empiezan a ser conocidas. Pero cuando ni siquiera nos hemos sentado, una voz se levanta por encima del ruido ambiental y nos llama la atención. Nos damos la vuelta como todo los que están suficientemente sobrios. ¡ Los hermanos Ivanovich ! ¡ Claro ! ¡ Si son los mercenarios que Val Mokk mando para intentar robarnos los diamantes !.
- ¿ Has aprendido ya a nadar ? - Le pregunto al hermano que disfrutó del agradable chapuzón conmigo.
- No tendrás tanta suerte esta vez, maldita furcia - Responde el de su derecha. ?¿?¿? ... mierda, estos Ussuros no solo se semejan en nombre. Sus caras también parecen sacadas del mismo molde.

Las miradas desafiantes saltan de un costado para otro y la gente se aparta a sabiendas de que será lo próximo. Curiosamente, las camareras ni el supuesto propietario del local parecen tener la menos intención de detenernos. Adoro este lugar.

Los tres hermanos saltan al ataque a la vez. Como en la primera ocasión, luchan hábilmente, como si fueran una sola persona. Todos a por el mismo blanco. En esta ocasión, soy yo. Uno de ellos asesta una estacada al aire, que evito sin problemas. Pero el segundo se esperaba mis movimientos y clava al punta de su arma en mis costillas. El tercero sale disparado por los aires para caer detrás de mi. Es justo a ese, que aun no tiene la guardia debidamente preparada, contra quien arremeto. Son habilidosos, rápidos ... pero quebradizos. Lanzo con acierto mi puño contra su afeminado rostro partiéndole el labio superior, cuando baja la vista de nuevo a mi, descargo con furia mi arma sobre su hombro. El crujir de sus huesos confirma mi exitoso golpe. Los hermanos Ivanovich persisten en su ataque y me resulta imposible evitar sus estoques. Saben ayudarse entre si y me hieren gravemente, pero no lo suficiente. El capitán Dylan y el Ciego también cargan contra mi oponente. Su agilidad le permite esquivar mejor los ataques, pero cada vez que es alcanzado, su cuerpo se resiente duramente. A penas han pasado escasos segundos y tanto yo como uno de los hermanos ya nos cuesta mantenernos en pie.

La cosa se estaba poniendo delicada, hasta que el maldito fuma-hierbas apareció de la nada con una de esas absurdas ideas ... esas típicas suyas, tan surrealistas que, a veces, resultas ser brillantes. - ¡¡ MARINEROS !! Id al barco y bombardead el "Orgullo Vandelino" hasta que no asomen ni las velas por encima del agua !-. Todos, y cuando digo todos es porque todos nos quedamos paralizados por el asombro. - VENGA !! ES PARA HOY !!!
Estas últimas palabras provocaron una alocada desbandada de la taberna. Marineros, oficiales, nosotros e incluso los hermanos Ivanovich corríamos por las calles dirección al puerto. Patadas, cozados y zancadillas. Los oficiales Richard el cojo, y Thomas el vizco, aprovechadon para montarse en una carreta de fruta fresca y descender a todo trapo por la calle. Ganaron mucho terreno, que les sirvió para no quedarse atrás cuando se estamparon en la tienda del final de la calle.

Finalmente estamos todos en nuestros barcos. Yo al mando del "Geist von Reiner", el capitán Dylan Wolf a cubierta de su "Old Hawk" y los hermanos Ivanovich en su pomposo "Orgullo Vandelino". Empiezo a dar ordenes a la tripulación y no tardamos a ponernos en marcha. Sin embargo al pesado culo del navío le cuesta acelerar y cuando ni siquiera las velas se empiezan a cazar, recibimos los la primera descarga por estribor. Algunos de los marineros se asustan y por unos instantes la moral cae por los suelos - ¿ Pero que hacéis ? ¿ Ni siquiera han hecho saltar la pintura y ya os asustáis ?, ¡ Moved el culo ! -. Debo admitir que yo también me sorprendí al comprobar la dureza del "Geist von Reiner". Creo que es un excelente barco.
Mis ordenes hacia el maestro artillero son claras. - Ni un atisbo de duda. Abre fuego tan pronto como tengas el "Orgullo Vandelino" a tiro -. Las primeras deflagraciones no se hacen esperar. El barco tiembla por la poderosa descarga, pero no es nada comparado en los destrozos que causamos. Tal y como las velas empiezan a hincharse por el viento arrancamos para virar a estribor y colocarnos en la popa del Orgullo Vandelino. Aquí quedamos en el punto ciego de sus baterías de cañones y da tiempo a los marineros para recargar la siguiente andanda. El Orgullo Vendelino sigue alejándose del puerto e intercambian cañonazos con el Old Hawk. Desde aquí parece que nuevamente el Vandelino se lleva la peor parte. Ahora damos un fuerte viraje a babor para encarar los cañones, la madera cruje por el giro pero el Geist von Reiner resiste perfectamente. Múltiples explosiones resuenan una vez mas en la noche de Sievna. El Orgullo Vandelino esta muy tocado y empieza a inclinarse sobre un costado. El Old Hawk también ha recibido un fuerte impacto y su palo trinquete amenaza con derrumbarse de un momento a otro. Por suerte, antes de que eso pueda ocurrir, el Orgullo Vandelino se parte con nuestra siguiente descarga de plomo y inicia su inevitable descenso al lecho marino.

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