15 de octubre de 2007

Sesión VII-A

Finales de Septimus del 1.669 ...

Seguimos soportando un frío inviernal, que por lo que dicen muchos de la nueva tripulación ... - Pequeña, eso no es nada comparado con el invierno del 67 !!. A un perro se le congeló el culo y se murió por no poder cagar ! JA JA JA !! -. Que "agradable" imagen. Hace dos años yo estaba tostándome al sol, felizmente en las orillas meridionales de Castilla. Ya les regalo esa Matushka y todo su maldita nieve. Hace tanto frío que ni siquiera el viento se atreve a soplar o el mar a moverse.

Se que la imagen quizas no es muy acertada,pues debería ser un mar nevado y tranquilo. Pero me pareció "bonita".

Ahora que lo comento, es curiosa la capacidad de Juicio de el Ciego. Lleva protestando todo el viaje por la tripulación, a quien apoda "manada de niñas". No se siente nada satisfecho y frecuentemente debaten con el capitán fuma-hierbas acerca del tema.

Unos días después ...

Amarrados ya en el puerto de Sievna, a las costas de Rurik en Ussura, me doy cuenta de que, o me estoy empezando a acostumbrar al clima, o es que aquí solo hace un frío de mil demonios.
Sievna es la típica ciudad pirata, donde la ley brilla por su ausencia. Sin embargo, teniendo en cuenta al menos mas de la mitad de su población son piratas carroñeros, delincuentes, fugados, asesino y malhechores ... se podría decir que es un lugar relativamente seguro.
Desembarcamos y los marineros que no han sido condenados para cuidar del barco, se apresuran a saciar sus ansias de alcohol y cenicientas de sueldo. Por mi parte, y sabiendo que comparto el mismo interés que los capitanes, me quedo con ellos.
Cuando el Ciego pregunta un poco acerca de Joe Shark, descubrimos con sorpresa que no somos los únicos que le buscan. Parece ser que tal y como nos habían informado, Joe frecuentaba esta ciudad. Pero últimamente se preguntaba demasiado por él en estas calles y el bastardo se fue a zonas mas tranquilas. Entre los interesados, esta un capitán eiseno, conocido como Barón Reiner Hainzl von Heilgründ. Quien podremos hallarlo sin problemas en la única taberna de la ciudad.

Es una gran mansión que bien podría dar cobijo a cinco familias numerosas. Ha sido reformada para convertirla en la mayor sala que he visto en mucho tiempo. Su capacidad es enorme y sin embargo tenemos problemas para dar con una mesa vacía, incluso cuando ya desistimos de encontrarla, además, limpia.
A nuestro alrededor hay buena cantidad de camareras intentando dar abasto con una abundante clientela de borrachos y marineros hambrientos. Quienes parecen estar mas interesados en las fulanas que también rondan por aquí. Después de que varios tipos me confundieran, y teniendo en cuenta que, al mas apuesto de todos ellos, era un viejo de treinta y pocos al que le apestaba el aliento y le faltaban dos dientes, prefiero abrocharme un par de botones mas de la camisa.
No tardamos en hallar a Barón Reiner Hainzl, en su mesa, compartida en relativo silencio por los demás altos rangos de su navío. El capitán Wolf es el encargado en iniciar la charla, siempre con sus rodeos, como si tuviera miedo de decir lo que quiere, acaba preguntando por Joe Shark. El Barón Reiner no tiene reparos en admitir que lo esta buscando, de momento sin exito, por su posible relación con la desaparición de Eisenfürst Stefan von Heilgrünt. Con tiempo, diplomacia y cierta astucia, aunque Reiner tampoco parece reacio a explicarse, el capitán Dylan acaba averiguando que hay un importante Ussuro que también va tras los pasos de Joe Shark.
A lo largo de la extensa charla entre ambos capitanes, no puedo evitar percatarme de las fugaces atisbos que capitán Reiner deja caer hacia mi. Nuestras miradas se cruzan una y otra vez, sintiéndome incapaz de aguantar sus ojos, me veo obligada a apartar la vista continuamente. Es una sensación extraña, pocos hombres me han escudriñado así. Mirándome, pero a la cara, directo a los ojos. Finalmente el misterioso eiseno se dirige a mi.
- ¿ Perdona? ... Si, perdona. Pero, tu cara me resulta familiar. ¿ Puedo preguntar de donde eres ?.
- ¿ Que ? ¿ Yo ? ... Yo .. Yo soy de todas par... Digo, que no soy de ninguna parte en concreto. Que bueno, que ... que he estado un poco aquí y allí ... ya sabes ... - Desorientada por su inesperada pregunta no sé ni lo que me digo. Pero seguro que acabo de quedar como una estúpida integral.
- Oh vaya. Pues juraría que me recuerdas a unos viejos amigos míos. ¿ No te dice nada el nombre de "Baden-Wüttenberg" ?.
- Hummmm ... no ... no me suena, ¿ por ?.
- ¿ Frierdeline von Baden-Wüttenberg ?.
- ... Frierdeline ...

De repente algo estalla dentro de mi cabeza. Ante mis ojos saltan centenares de imágenes que no recordaba. Entre ellas, la de esa hermosa mujer. Mi madre. Esa imagen que siempre había permanecido muda durante tantos años. Con su hechizadora sonrisa que tanto calor me daba cuando estaba triste. De repente, esa imagen me habla, con la voz mas hermosa que jamás he oído. Sus labios de mueven como por arte de magia y de su boca sale un nombre ... Frierdeline.
De fondo, docenas de ruecuerdos aparecen de la nada. Personas de rostros anodinos que no soy capaz de indentificar. Gente en distintos lugares y situaciones, todas me están mirando, todas me están llamando ... Frierdeline.

Confusa y aturdida, siento que las piernas me desfallecen y por unos instantes temo caerme al suelo. Me siento en la única silla vacía que hasta el momento ninguno de los tres nos habíamos atrevido a ocupar.

- ¿ Estas bien ? - Me pregunta uno de los oficiales de Reiner.
- Si, si ... - Volviendo la mirada a Reiner - ¿ Frierdeline dices ? ¿ Porque debería conocer ese nombre ?.
- Es una trágica historia - Reinier sigue hablando sin reparos - Como ya te he dicho, unos viejos amigos míos, desaparecierón hace muchos años. Quince años hace ya. Eran una pareja, y tenían una hija. Si estuviera viva, ahora tendría tu edad. Y tus ojos, tu cara, son la viva imagen de los ojos de esa mujer.
Su rostro desprende un lastimoso pesar, ¿ podría ser que Reiner conociera a mis padres. ? ¿ Realmente me parezco tanto a mi madre ?. Supongo que no tiene sentido mentirle - Podría ser que me resultara familiar este nombre.

Tras muchas horas de charla ...

El capitán Dylan Wolf y el Ciego se marcharon hace mucho para investigar a ese Ussuro que también muestra interés por el pirata Joe Shark. Ahora mismo poco me importa esa alma en pena.
Tras descubrir junto Reiner que "Frierdeline von Baden-Wüttenberg" es el nombre que me pusieron mis padres al nacer, hemos pasado horas reviviendo juntos viejos tiempos. Bueno, Reiner recordando y yo intentando. Mis padres dedicaron su vida a luchar contra las artes oscuras que moran en Thea. Años de dedicación y exitosas cruzadas les otorgaron poderosos enemigos que clamaban venganza. Yo, nací en mitad de esa guerra no declarada. Al parecer, intentaron mantenerme siempre al margen, pero llegó un desafortunado día en el que se desconoce que nos pasó a mi y a mis padres. Simplemente nos esfumamos. Yo, de algún modo que desconozco, conseguí sobrevivir, pero no mis recuerdos no.
El ambiente de la taberna se esta apagando paulatinamente, es muy tarde y mi jarra de cerveza hace rato que permanece en el mismo sitio. Justo donde la dejó la camarera horas atrás. Presa de los relatos de Reiner no puedo hacer mas que atender con devoción todas las palabras que surgen de su boca. Intentando esforzarme por recordar alguna cosa, por pequeña que sea. Poder anticiparme ni que solo sea en algún diminuto detalle a sus historias. Pero enajenada y desbordada, me esfuerzo en vano.
Entre sus exposiciones, conseguimos averiguar algo que nos sorprende a ambos. Mi pendiente derecho. Hasta hoy, solo era para mi, el único recuerdo material de mi madre. Pero en realidad es mas que una simple piedra oval de tallo perfecto. Se trata del desencadenante de todos los males de mi vida. Por alguna razón que no logramos averiguar, mi padres murieron por ello.

Cuando nos despedimos en el muelle, ya no falta mucho por el amanecer. Le abrazo con todas mis fuerzas durante largo rato. Apretándolo contra mi pecho, con la estúpida esperanza que al menos una diminuta parte de ese abrazo, pueda llegar de alguna forma a mi padres. A los que hasta hoy, no me había dado cuenta de cuanto los echo de menos.

A la mañana siguiente ...

No puedo decir cuando me he despertado, pues creo que ni siquiera me he dormido. La voz de Reiner resuena en mi cabeza. Me esfuerzo en ordenar y apresar cada una de sus palabras. Cogerla fuerte, muy fuerte, y grabarla con fuego a mi memoria. Para no volver a olvidar, jamás.

Los capitanes volvieron con mas información de Joe Shark, pero de repente ese mal nacido acababa de pasar en segundo plano. Por primera vez en mi vida, tras sentir ese nombre, no fantaseo con arrancarle los pulmones en vivo.

(... continua en la siguiente entrada ...)


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